Las largas horas de convalecencia en la cama de un hospital pueden llegar a ser mortales para una mente despierta como la de Alan Grant, inspector de Scotland Yard. Pero sus días de tedio acaban cuando alguien le propone un interesante tema sobre el que meditar: ¿podría adivinarse el carácter de alguien solo por su aspecto? Grant se basará en un retrato de Ricardo III para demostrar que ello es posible: el monarca más despiadado de la historia del Reino Unido podría haber sido, según Grant, inocente de todo crimen. Aquí comienza una investigación llena de conjeturas acerca de la persona y el reinado de Ricardo III, un controvertido pasaje de la historia británica que, tras haber leído esta novela, indudablemente será visto con otros ojos.
Ficha técnica
Traductor: Efrén del Valle Peñamil
Editorial: Rba Libros
ISBN: 9788490063330
Idioma: Castellano
Número de páginas: 208
Tiempo de lectura:
4h 54m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 27/09/2012
Año de edición: 2012
Plaza de edición: Es
Colección:
Novela Policíaca
Novela Policíaca
Alto: 21.3 cm
Ancho: 14.0 cm
Grueso: 14.0 cm
Peso: 270.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Josephine Tey
(Inverness, 1896-Londres, 1952), es el seudónimo principal de Elizabeth Mackintosh, célebre escritora y dramaturga escocesa. Pese a pertenecer cronológicamente a la llamada Edad de Oro de las novelas británicas de intriga, las narraciones y los personajes de Tey se alejan de los estereotipos que comparten los títulos clásicos de suspense. En 1929, su novela The man in the Queue cosechó un éxito notable e introdujo a su personaje más famoso, el inspector Alan Grant, de Scotland Yard, que protagonizaría otras cinco novelas, entre las cuales cabe destacar La hija del tiempo (1951; RBA, 2012) y Un chelín para velas (1936; Hoja de Lata, 2019). Al margen de la serie de Alan Grant, otras de sus obras más celebradas son La señorita Pym dispone (1946; Hoja de Lata, 2015), El caso de Betty Kane (1948; Hoja de Lata, 2017) y Patrick ha vuelto. Todas ellas ponen de manifiesto la gran capacidad de análisis psicológico de la autora y su propensión por las tramas abiertas de final sorprendente. A su muerte, Josephine Tey legó toda su obra a la National Trust for Scotland.