La ignorancia del ser humano cin asiduidad consigue aniquilarlo. En el cerebro, en la franja reservada a atesorar la sabiduría, hospedamos parvos conocimientos; operan tantos, que únicamente una nimia dosis la registramos, cuando asoma la fortuna de ilustrarse. Subsisten hombres que, ante la carencia de oportunidades, conservan aún más esa zona de la mente....