El laberinto de Fortuna fue la obra principal de Juan de Mena, en la que como humanista y secretario de la chancillería real, quiso dar cauce a una poesía cívica y regeneradora con la propuesta de un enérgico programa de reamre moral y de fortalecimiento de la autoridad del monarca y de su valido. El intento fue crear un gran poema comparable a los modelos de la antigüedad que, armonizando los tres estilos clásicos, tratara de grandes personajes y destinos, juzgados en su comportamiento moral y anunciara un futuro mejor.
Ficha técnica
Editorial: Fundacion Jose Manuel Lara
ISBN: 9788493199593
Idioma: Castellano
Número de páginas: 230
Encuadernación: Tapa dura
Fecha de lanzamiento: 30/01/2003
Año de edición: 2003
Plaza de edición: Sevilla
Alto: 23.0 cm
Ancho: 15.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Juan de Mena
Juan de Mena (Córdoba, 1411-Torrelaguna, 1456) fue testigo de excepción de las vicisitudes políticas y culturales en la corte castellana de Juan II y protagonizó un proceso que pocos autores han podido arrogarse: la creación de una nueva lengua poética, constituida en modelo indiscutible durante más de medio siglo, en el tránsito de la Edad Media al Renacimiento. Huérfano de padre a poco de nacer, se crio con ayuda de parientes. Esta circunstancia y el no ser primogénito explican su aplicación al estudio, seguramente orientado desde un principio hacia la carrera eclesiástica o el funcionariado secular. Ya con veintitrés años, hacia 1434, marchó a estudiar a Salamanca, pero se desconoce su grado académico, si es que lo completó; de su obra se desprende una buena formación en artes. Consta su estancia en Florencia en 1442-1443, al servicio del cardenal español Juan de Torquemada, y quizás estuvo antes o después de esas fechas en Roma. Regresado a Castilla, se convirtió en autor reputado y desarrolló una carrera profesional como funcionario en su Córdoba natal. Llegaría a ser cronista regio (documentado desde 1448) y secretario de cartas latinas de Juan II. Ya en tiempos de Enrique IV falleció a su paso por la villa madrileña de Torrelaguna, donde recibió sepultura.