El cielo parte de la premisa de que existe un abismo insondable entre los sexos, lo cual provoca una gran perplejidad del uno ante el otro, o, más concretamente, la perplejidad del hombre ante la mujer. A partir de aquí el libro se dedica a ilustrar y recrear en el habitual tono jocoso del autor esas diferencias con anécdotas autobiográficas y de diverso origen.