La inauguración del Museo Picasso, con la delicada restauración del palacio de Buenavista, reveló en 2003 el inicio de un proceso de reactivación urbana y adecuación arquitectónica que ha permitido descubrir la belleza que guardaba la capital malagueña. Quien crea conocerla y no haya visitado Málaga recientemente, quedará admirado ante las sorpresas que escondía la ciudad y su entorno, la riqueza de su patrimonio edificado, la riqueza botánica de sus jardines históricos y parques y la envergadura de las nuevas infraestructuras en curso.