"Sentía miedo de el por muchos motivos. Cuando se volvía violento por supuesto, porque aunque no me diera golpes a mí, sí le daba a todo a mi alrededor, gritaba todo el tiempo, rompía cosas, me decía cosas hirientes y ofensivas, como insultos o amenazas o comentarios despectivos (maldita la hora en que me metí en la cama contigo, soy un gilipollas por aguantarte, cabrona, puta, zorra, inútil, mala madre). Se burlaba de mi amor por el, decía que tenía mucho cuento, que no iba a conseguir algo que según el yo quería, que si me había acostado con otros, que el lo sabía que me tenía vigilada, que lo había grabado, que no me iba a deshacer de el tan fácilmente (?) Me da miedo que se le crucen los cables (todo aquel con el que hablo y le ha visto últimamente dice que está cada vez peor), y me espere un día en una esquina, un día cuando baje la basura de noche (ya no lo hago), manipule mi coche, me atropelle al cruzar un paso de cebra o le haga algo a mis hijos, queme mi casa, me busque la ruina en el trabajo, y mil cosas más. Pero ese miedo es como vivir pensando que vas a tener un accidente con el coche o que te pueden atracar o que puedes morir de cáncer o cualquier otra cosa por el estilo. Llega un momento que aprendes a vivir con el e intentas no pensar en ello. Si me mata al