Desde hace muchos años desde antes de que el mundo se llenara de pajaritos azules- José Luis Cuerda practica un genero literario al que denomina inteleto, que es como llaman en su Albacete natal a las ocurrencias, a las ideas peregrinas. Ideas que de la mano de Cuerda se tornan poderosas, divertidas, punzantes, poéticas Siempre con una nube de mala leche y un terrón de ternura Y siempre a contracorriente. Este libro contiene una selección de más de quinientos inteletos de entre sus mejores hallazgos que ha ido echando a volar durante los últimos años. Todo un compendio de su pensar ocioso del que disfrutarán aquellos que aprecian y disfrutan con la voz de José Luis Cuerda, sin duda uno de los creadores más destacados y libres que ha dado en las últimas décadas esta -cada día más acartonada- piel de toro.
Ficha técnica
Editorial: Pepitas de Calabaza
ISBN: 9788415862598
Idioma: Castellano
Número de páginas: 168
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 18/05/2016
Año de edición: 2016
Plaza de edición: España
Alto: 17.0 cm
Ancho: 12.0 cm
Peso: 200.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por José Luis Cuerda
«Nací y viví en Albacete hasta los quince años. Tres de ellos, muy lujuriosos, en los seminarios de Hellín y de la capital, después de iniciar el bachillerato en los escolapios, penal de la orden de la región valenciana, lleno de curas malos —y más vale que no me tiren de la lengua— y en el Instituto de Enseñanza Media. Nos trasladamos a Madrid porque mi padre ganó al póker un piso a estrenar en el paseo de la Habana a uno de los más conocidos constructores de este país. Terminé mis estudios primero, en un colegio donde el matrimonio Rubert-Ontañón hacía lo que podía —ponernos de rodillas, dar algún pescozón…— y mimaban como se merecía al compañero y luego científico Barbacid. Rematé preu de letras en el Liceo Anglo Español del señor Verdú —abuelo según supe años después de Maribel— e iniciador nuestro en goces como el de beber Vega Sicilia, invitados por él. Tres años —cursos incompletos— de Derecho en la Complutense me animaron a militar durante una temporada en el PCE y a abandonar la carrera. Durante los que estuve en TVE, muchos, aprendí la práctica de rodar y, paseando con los amigos por Argüelles, la teoría e historia del cine por lo menudo. Luego, he rodado una docena de largometrajes (El bosque animado, Amanece, que no es poco y La lengua de las mariposas, entre otros) y he pasado —han pasado sobre mí— dos o tres enfermedades muy puñeteras que me han facilitado la vuelta a mi primera inclinación artística: escribir. Y eso es lo que nos trae aquí.»