Un libro delicioso. La antología personal de uno de los mejorescronistas de su tiempo, junto con Chaves Nogales y Pla.Corresponsal, cronista y gastrónomo, dotado de un finísimo ingenio y un humor exquisito, Julio Camba (1884-1962) se cuenta entre los más inclasificables escritores españoles del siglo pasado y, sin duda, entre sus periodistas más insignes. Trabajó desde Turquía, Francia, Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, Italia y Portugal, y desde 1949 se instaló en el Hotel Palace de Madrid, donde vivió hasta su muerte. En "Mis páginas mejores" reunió una deliciosa colección de textos que recorren un mundo del que fue testigo y que desapareció en gran parte tras la Segunda Guerra Mundial. Un ramillete de retratos nacionales y paisajes de la civilización, lleno de reflexiones lúcidas que, curiosamente, también conforman un autorretrato.Corresponsal, cronista y gastrónomo, dotado de un finísimo ingenio y un humor exquisito, Julio Camba (1884-1962) se cuenta entre los más inclasificables escritores españoles del siglo pasado y, sin duda, entre sus periodistas más insignes. Trabajó desde Turquía, Francia, Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, Italia y Portugal, y desde 1949 se instaló en el Hotel Palace de Madrid, donde vivió hasta su muerte. En "Mis páginas mejores" reunió una deliciosa colección de textos que recorren un mundo del que fue testigo y que desapareció en gran parte tras la Segunda Guerra Mundial. Un ramillete de retratos nacionales y paisajes de la civilización, lleno de reflexiones lúcidas que, curiosamente, también conforman un autorretrato.
«Camba hizo un esfuerzo por la claridad, no solo como unrecurso estilístico sino como una forma de mirar el mundo, la mirada de un niñofascinado por las contradicciones humanas». Javier Mendoza,Vanity Fair
«Un psicólogo de las grandes urbes que explicaba el alma delos sitios que visitaba». Francisco Umbral
«Lejos de perder actualidad, loscomentarios y apreciaciones de Camba parecen escritos hoy en día». AndrésSeoane,
El Español«Leída en clave sentimental o testimonial, esta antologíaes, quizá, lo más parecido a esa autobiografía que Julio Camba siempre se negóa escribir».
Francisco Fuster