No es fácil describir sucintamente la posición filosófica de José Ortega y Gasset, entre otras cosas porque no pretendió una teoría filosófica concreta. Escribía sobre distintos argumentos, con pluma fácil, entre culta y castiza, buscando más que la reflexión el diálogo con el lector. No obstante, se la suele calificar de perspectivista y racio-vitalista. El primer epíteto nos sitúa en una posición cognoscitiva entre subjetiva y objetiva: cada conocimiento lo es de una persona, en una situación concreta, y por tanto es una de las muchas perspectivas que pueden darse; la verdad "absoluta" debería ser la integración ordenada de todas las perspectivas posibles, lo que no es realizable. El racio-vitalismo habla de la vida como valor fundamental, no en perspectiva biologista, sino como lugar en que se da la experiencia, y la construcción del hombre; quiere alejarse tanto de una posición idealista como del vitalismo, que negaría valor a todo ejercicio de la razón. En su análisis social suele destacar el papel dirigente, o de liderazgo, que están llamados a desempeñar los mejores, los intelectuales: Puede verse su ensayo La rebelión de las masas. En cuanto a su concepción del hombre, se la puede llamar historicista; en el primer ensayo escribía una frase, que después popularizó al invocarla como resumen de su pensamiento: «Yo soy yo y mi circunstancia». No puede hablarse en términos absolutos del bien del hombre, pues este variaría según los diversos momentos históricos.
Ficha técnica
Editorial: Biblioteca Nueva
ISBN: 9788497426565
Idioma: Castellano
Número de páginas: 176
Tiempo de lectura:
4h 7m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 14/06/2007
Año de edición: 2007
Plaza de edición: Madrid
Colección:
CLASICOS DEL PENSAMIENTO
CLASICOS DEL PENSAMIENTO
Alto: 21.0 cm
Ancho: 13.5 cm
Grueso: 1.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por José Ortega y Gasset
Madrid, (1883-1955). Filósofo y escritor, viajó de joven a Alemania, donde recibió en su formación la influencia decisiva de la corriente neokantiana. Ortega desarrolló una intensa actividad intelectual desde las aulas y la prensa y tomó parte activa en las polémicas de su tiempo. Autor prolífico, la mayor parte de su obra la forman ensayos y artículos periodísticos, donde creó un estilo filosófico y dotó a la lengua de una riqueza de la que carecía hasta aquel momento.