A Orejo el conejo le encantan las cosas de color, suaves y alegres, ¡pero siente una auténtica debilidad por todo lo que es redondo como su barriguita! O redondo como su madriguera en la colina, o las bayas dulces y maduras que crecen en los matorrales, o un globo, una pelota de colores, una pompa de jabón o una naranja... ¡Cuántas cosas redondas!