"Palique” es el término que utilizó Eugenio d’Ors para titular la serie de artículos que publicó en el semanario madrileño Nuevo Mundo entre 1922 y 1929, casi ininterrumpidamente. Con la glosa d’Ors inventó un género filosófico-literario basado en la interpretación y reflexión sobre los acontecimientos de su entorno cultural, político y social, que, a la vez, se adaptara al género periodístico: brevedad en la extensión, precisión en el mensaje y actualidad el tema. Así, en los “Paliques” la voz orsiana conversa con la actualidad para interpelarla. El contexto biográfico en el que nació esta serie-que ahora publicamos completa y en dos volúmenes-no era fácil para d’Ors. Después de haber sido defenestrado en 1920 de los cargos ejecutivos de la política cultural catalana y acallado públicamente por resentimientos que iban más allá de su calidad como escritor, d’Ors establece en 1922 su residencia definitiva en Madrid y comienza su colaboración con Nuevo Mundo. (...)
Ficha técnica
Editorial: Altera Ediciones
ISBN: 9788489779785
Idioma: Castellano
Número de páginas: 206
Tiempo de lectura:
4h 51m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 27/03/2006
Año de edición: 2006
Plaza de edición: Barcelona
Alto: 24.0 cm
Ancho: 16.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Eugenio D'Ors
Filósofo, ensayista y crítico de arte, Eugenio d’Ors (Barcelona, 1881-1954) ocupa un lugar destacado en la cultura española. Junto con Unamuno y Ortega, fue el pensador más representativo e influyente de su tiempo. Abordó diferentes géneros, desde la novela (La bien plantada, 1911), hasta el ensayo (Introducción a la filosofía, 1921), pasando por la crítica de arte (Tres horas en el Museo del Prado, 1923), la prosa poética (Oceanografía del tedio, 1916) y las notas breves, que recogió en su Glosario. Desde los inicios en La Veu de Catalunya, intercaló entre sus abundantes glosas algún poema y algunas series de aforismos, muchas de las cuales fueron recogidas en el volumen Gnómica (1941). Entre sus múltiples aportaciones cabe destacar la difusión de la estética moderna, que arranca de Baudelaire, y la incorporación del discurso fragmentario, al que Nietzsche otorgó carta de naturaleza.