Platero y yo (1917) enseñó a leer a una generación de españoles, también les enseñó el valor del idioma y el modo de sentir el paisaje. La publicación, en 1914, de una nueva versión reducida para lectores juveniles y su inclusión en una colección escolar tuvieron, sin embargo, el inconveniente de que el libro se malentendiera. Esta edición, preparada por Jorge Urrutia, catedrático de la Universidad Carlos III de Madrid, ha tenido en cuenta los manuscritos dejados por Juan Ramón Jiménez con destino a una versión definitiva, restituye a la obra su valor como interpretación de un mundo bello pero cruel, descubre su carácter de reflexión teórica sobre el arte y la literatura y subraya su pertenencia a un ambicioso proyecto poético integrado en la modernidad europea.
Ficha técnica
Editorial: Biblioteca Nueva
ISBN: 9788470304576
Idioma: Castellano
Número de páginas: 336
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 01/06/1997
Año de edición: 1997
Plaza de edición: Es
Colección:
Clásicos de Biblioteca Nueva
Clásicos de Biblioteca Nueva
Número: 1
Peso: 1.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Juan Ramón Jiménez
Juan Ramón Jiménez (Moguer, Huelva, 1881 – San Juan, Puerto Rico, 1958) fue el mayor poeta español de su tiempo, premio Nobel de Literatura. salió de España en 1936 con pasaporte diplomático, tras ser nombrado agregado cultural honorario de la República por Manuel Azaña. Comenzaba así un definitivo exilio que supuso una absoluta convulsión en su actitud y en su escritura. El «príncipe de los poetas puros», que ya en 1935 había empezado a publicar lo que pensaba que sería su Obra completa, se verá convertido en conferenciante y fiel defensor del gobierno legítimo de España desde una atalaya en la que ondeaba la bandera de la libertad de pensamiento y la expresión desasida de cualquier servidumbre ideológica. Al tiempo que su poesía evolucionaba hacia un panenteísmo redentor en libros como La estación total con las Canciones de la nueva luz, En el otro costado, Una colina meridiana, Dios deseado y deseante o De ríos que se van, sus prosas críticas ahondarán en la función social del arte en tiempos de crisis y en la necesidad de espiritualizar —humanizar— el avasallador progreso tecnológico del siglo XX. Su ética-estética quedará plasmada en cientos de documentos que no llegó a publicar, entre los cuales se encuentran aquellos que componen Ideolojía, Política poética y Guerra en España, su mayor testamento en este sentido.