El interés por la restauración de edificios de viviendas tiene un origen relativamente reciente, lo que ha producido que gran parte de ellos, cuando no han sucumbido a causa del abandono y de la carencia de mantenimiento, se encuentran en situaciones de precariedad estructural y constructiva y en absoluta obsolescencia en cuanto a su funcionalidad y habitabilidad. Aunque muchos de ellos sólo son parcialmente recuperables, estos edificios desde su aparente insignificancia son, en definitiva los que configuran el semblante de nuestras ciudades y el telón de fondo armónico sobre el que destacan los monumentos y otros elementos urbanos singulares.