En este segundo tomo de su Teatro Breve, ALBERTO MIRALLES aporta seis nuevas piezas que evidencian, como en sus obras largas, un irónico sentido del humor, a veces cáustico, y un gran dominio de los diálogos, ágiles y creativos. Pero no cede a la fascinación del ingenio -que sacia, pero no alimenta- porque se apoya en su insobornable crítica de la realidad. Y es que, como ha escrito José Monléon: “Alberto Miralles ha estado siempre en primera línea del teatro español, pidiendo, incansable, un sitio para él y sus compañeros, haciéndose oír hasta donde las circunstancias lo permitían, y a lo largo de toda su obra ha sido un escritor y una persona ejemplarmente coherente con sus principios éticos y estéticos, mostrando toda su fuerza de incitación y de saludable provocación, intelectual, vital y política. Van para polvo enamorado es una variante del mito fáustico escrita con un estilo chispeante, lleno de encanto y cargado de intenciones. El protagonista, harto de la inmortalidad, desea deshacer el pacto diabólico. El producto contingente presenta la divertida y esperpéntica creación de un líder político como si fuera una mercancía industrial. El problema es que el producto ha salido perfecto.