Félix J. Caballero, nacido en Madrid, pero ciudadano de Las Palmas de Gran Canaria, escribe poemas desde los siete años pero nunca, hasta ahora, y animado por su amigo y maestro Leopoldo María Panero, había querido aventurarse a publicar obra propia. Lo hace escogiendo algunos de los poemas más representativos, en los que evidencia su obsesiva reflexión acerca de los problemas más radicales, las eternas paradojas del Amor, la Muerte y la propia Poesía.