Alejandra Costamagna (Santiago de Chile, 1970) ha publicado las novelas En voz baja (1996, Premio Juegos Literarios Gabriela Mistral), Ciudadano en retiro (1998), Cansado ya del sol (2003) y Dile que no estoy (2007, finalista del Premio Planeta-Casa de América y Premio del Círculo de Críticos de Arte), el cuento largo Naturalezas muertas (2010), los libros de cuentos Malas noches (2000), Últimos fuegos (2005, Premio Altazor), Animales domésticos (2011), Había una vez un pájaro (2013) e Imposible salir de la Tierra (2016) y el libro de crónicas y ensayos Cruce de peatones (2012). Ha escrito para las revistas Gatopardo, Letras Libres y El Malpensante, entre otros medios. En 2003 obtuvo la beca del International Writing Program de la Universidad de Iowa, Estados Unidos. En 2008 recibió en Alemania el Premio Anna Seghers de Literatura.
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Ania, la protagonista de esta novela, recibe una petición de su padre: que acuda en representación de la familia a despedir a su tío Agustín, quien agoniza al otro lado de la cordillera. Para hacerlo la mujer emprenderá un viaje de mil quinientos kilómetros, que será también una huida del presente y un desplazamiento hacia las fronteras difusas de la memoria. En un despliegue de episodios y temporalidades que van desde los años setenta del siglo XX hasta las primeras décadas del XXI, con saltos hacia un pasado aún más lejano, los protagonistas de El sistema del tacto irán experimentando la agonía de sus raíces y la sensación de verse como extranjeros en los lugares que habitan. Pero no se trata solo de territorios geográficos, sino también de las familias, los afectos y las lenguas que les toca compartir. Ania y Agustín, unidos por una genealogía interrumpida y reflejados en una suerte de espejo involuntario: Ania y un padre cada vez más lejano en su extranjería chileno-argentina; Agustín y una madre -la omnipresente Nélida- cuya mente va siendo invadida por la desmemoria y el trauma histórico desde su Piamonte de origen, esa Italia de emigrantes para la que Argentina era la promesa de la América productiva y soñada.Esta es una novela sobre el desarraigo y la pertenencia, sobre dos países separados por una montaña, sobre la familia, sobre las ausencias, sobre los recuerdos y las palabras, como las que escribe el tío Agustín en sus cuadernos de dactilografía, o como las que rescata Ania, fascinada por las erratas, en sus clases como maestra de escuela. Una narración en dos tiempos, entre los que van asomando otros textos complementarios: entradas de una vieja enciclopedia, novelitas de terror, manuales de comportamiento para migrantes, dictados dactilográficos que parecen haber sido clavados con furia sobre el papel, fotografías a medio desteñir, cartas de un continente a otro y decenas de archivos dispersos.El sistema del tacto aborda la búsqueda de la identidad y su inevitable disolución con un estilo delicadísimo que deslumbra sin necesidad de alzar la voz. Una obra que confirma a Alejandra Costamagna como una de las escritoras más potentes y sutiles de la literatura latinoamericana del presente.
Lautaro hijo de Miguel Palma y Oriana Lombardi es unsilencioso aspirante a pianista que vagabundea por las callesde Santiago y Calbuco, y por ciertos bares como elTrumao y Las Tinajas de Villa Alegre. Anima fiestas, tocaen un supermercado, y se pierde por horas en la discotecadel conservatorio. Dile que no estoy, de Alejandra Costamagna,relata a traves de sus historias el cambio de Chiley de la lengua chilena a traves de los años ochenta, noventay dos mil, con todas sus promesas incumplidas y traumas. Asi, Lautaro, quien se imagino durante la infanciaatrapado en una pecera, a medida que crece se va sintiendocada vez mas ajeno a su familia, su historia y su pais,como toda una generacion. La narrativa de Dile que no estoy es una prosa de lo cotidiano,desjerarquizada y aglutinante, que por ende no renunciaa ninguno de los pormenores posibles en el tiempoque cubren sus registros, ni tampoco a las distintas visionesque se puede tener acerca de ellos. Costamagna ha sabidoproducir una novela sabia y solida, que no desmerece de lasmejores que se han escrito en Chile y America Latina en losultimos años. (Grinor Rojo) Una novela con guiños clasicos, pero atipica a la vez, unaapropiacion del genero, con infinitas capas que se superponen,con personajes conmovedores, y de una sensibilidadexquisita. Es tiempo de releerla y celebrar el rescate de estelibro, porque estamos ante la presencia de buena literatura.Literatura a secas. (Carolina Melys)
Ania, la protagonista de esta novela, recibe una petición de su padre: que acuda en representación de la familia a despedir a su tío Agustín, quien agoniza al otro lado de la cordillera. Para hacerlo la mujer emprendera un viaje de mil quinientos kilometros, que sera tambien una huida del presente y un desplazamiento hacia las fronteras difusas de la memoria.En un despliegue de episodios y temporalidades que van desde los años setenta del siglo XX hasta las primeras decadas del XXI, con saltos hacia un pasado aun mas lejano, los protagonistas de El sistema del tacto iran experimentando la agonia de sus raices y la sensacion de verse como extranjeros en los lugares que habitan. Pero no se trata solo de territorios geograficos, sino tambien de las familias, los afectos y las lenguas que les toca compartir. Ania y Agustin, unidos por una genealogia interrumpida y reflejados en una suerte de espejo involuntario: Ania y un padre cada vez mas lejano en su extranjeria chileno-argentina; Agustin y una madre la omnipresente Nelida cuya mente va siendo invadida por la desmemoria y el trauma historico desde su Piamonte de origen, esa Italia de emigrantes para la que Argentina era la promesa de la America productiva y soñada.Esta es una novela sobre el desarraigo y la pertenencia, sobre dos paises separados por una montaña, sobre la familia, sobre las ausencias, sobre los recuerdos y las palabras, como las que escribe el tio Agustin en sus cuadernos de dactilografia, o como las que rescata Ania, fascinada por las erratas, en sus clases como maestra de escuela. Una narracion en dos tiempos, entre los que van asomando otros textos complementarios: entradas de una vieja enciclopedia, novelitas de terror, manuales de comportamiento para migrantes, dictados dactilograficos que parecen haber sido clavados con furia sobre el papel, fotografias a medio desteñir, cartas de un continente a otro y decenas de archivos dispersos.El sistema del tacto aborda la busqueda de la identidad y su inevitable disolucion con un estilo delicadisimo que deslumbra sin necesidad de alzar la voz. Una obra que confirma a Alejandra Costamagna como una de las escritoras mas potentes y sutiles de la literatura latinoamericana del presente.
Imposible salir de la Tierra es una colección de los mejores relatos de Alejandra Costamagna, una figura sin la cual no podría entenderse la literatura actual chilena y latinoamericana. En sus historias, apasionantes y sorprendentes, tienen cabida las relaciones prohibidas, los amores perdidos y unos personajes brutales y conmovedores con todas sus contradicciones, obsesiones y delirios. Con una prosa brillante y precisa, Alejandra Costamagna crea un mundo del que no podras y no querras escapar.