En un momento crucial de la historia española brilló con luz propia la apasionante figura de Doña Urraca, hermana de Alfonso VI, el conquistador de Toledo. Aunque su nomrbe y su relación con el Cid Campeador ha entrado de lleno en la leuenda, su intesa y azaroza vida es para micho un completo misterio.
Contra las cuerdas. Así es como muchas veces se sienten los profesores y alumnos que son víctimas de la violencia escolar. Una espiral que crece día a día y que da sus voces de alarma con más frecuencia de la deseada. Amalia Gómez, secretaria general de Asuntos Sociales entre 1996 y 2000 y durante muchos años profesora de instituto, ha escrito estas páginas desde la experiencia en los centros escolares, recogiendo vivencias propias y de muchos profesores, de los alumnos de educación primaria y secundaria, del personal administrativo y de servicios... Un análisis profundo sobre la intimidación, el abuso de poder y la crueldad de ciertos adolescentes; la defensa ciega e injusta que algunos padres hacen de la conducta de sus hijos; las repercusiones psicológicas que el acoso tiene en los niños o los problemas que suscita la falta de autoridad. La escuela sin ley se ha escrito desde la esperanza, aunque sin omitir las luces y sombras de una realidad que no es nueva, pero sí más visible. Un libro que contribuye a la batalla por erradicar una lacra que está incidiendo de forma tan negativa en la convivencia escolar.
En un momento crucial de la historia española brilló con luz propia la apasionante figura de Doña Urraca, hermana de Alfonso VI, el conquistador de Toledo. Aunque su nombre y su relación con el Cid Campeador han entrado de lleno en la leyenda, su intensa y azarosa vida es para muchos un completo misterio. Amalia Gómez, con una prosa cuidada y precisa que realza su minucioso rigor histórico, logra transmitir al lector toda la pasión de la épica y la trastienda de aquellos días, cuyo influjo alcanza los nuestros. Esta admirable novela sigue de cerca el itinerario vital del personaje, así como el denso entramado de avatares políticos de los diferentes reinos, tanto cristianos como de taifas. Doña Urraca resistió en Zamora el asedio de las huestes comandadas por su hermano Sancho, recayendo sobre ella la sospecha del asesinato del Rey. Lejos de mantenerse al margen, siguió de cerca la conquista de tierras, las turbias intrigas de la nobleza, la reforma de la vida monástica y las invasiones norteafricanas. Despuntó en una época en la que confluyeron igualmente personalidades de enorme relevancia como Rodrigo Díaz de Vivar, Bellido Dolfos, Pedro Ansúrez, Arias Gonzalo, Al-Motamid, Doña Jimena... Su tumba, en San Isidoro de León, guarda los secretos de una mujer que supo vivir con singular intensidad y entereza su destino.