Todas las personas que hay en este mundo —y por supuesto tú también— tienen algún talento especial. La inmensa mayoría de ellas, de forma inconsciente, dejan en manos de otros su futuro, haciendo uso de su talento de un modo más accidental que voluntario. Unos pocos lo ponen en valor para que influya directamente en sus actos, aunque lo hacen con grandes dosis de riesgo, improvisación, y falta de constancia. Los elegidos son aquellos que dirigen su vida y su energía basándose exclusivamente en su mejor cualidad personal, su don, logrando con ello un excepcional manejo de su «Destino»; pero por desgracia, todavía somos demasiados los que confiamos el nuestro al azar.
La función de ventas es imprescindible para cualquier empresa u organización. Sin embargo, la profesión de vendedor, aunque bien pagada, no goza del prestigio ni la consideración social que merece. Este ameno manual va dirigido a las personas que desarrollan su trabajo como vendedores, y a aquellas otras que han decidido dar sus primeros pasos en el mundo de las ventas. Saber escuchar y el orgullo por la tarea que se realiza aparecen como cimientos básicos para desarrollar una fructífera carrera en ventas, aunque este libro va más allá, invitándole a un divertido y optimista viaje en el que descubrirá el auténtico camino hasta el corazón de la gente que le rodea, ya sean clientes, amigos, familiares, o, incluso, su pareja. El libro, cuyo título es una llamada de atención a aquellos que desconocen o infravaloran el poder de la escucha activa y la generosidad, ayudará a superarse a los que ya saben vender, iniciará a los todavía no vendedores, y, sobre todo, les hará a todos sentirse muy orgullosos de su profesión, superando el complejo que sienten muchos universitarios cuando ocupan puestos de ventas y alguien les pregunta: «¿Y para esto has estudiado una carrera?».
Tenía los ojos abiertos, soñando sueños imposibles de alcanzar; mis pies estaban a un palmo del suelo, aquel palmo era la distancia entre mi vida y mi muerte.
Mi corazón aún latía y en mi boca había
Tenía los ojos abiertos, soñando sueños imposibles de alcanzar; mis pies estaban a un palmo del suelo, aquel palmo era la distancia entre mi vida y mi muerte.Mi corazón aún latía y en mi boca había un sabor amargo, a sangre derramada, a poesia, dolor, llanto y pena.Era preso de mi amor desbocado, de mis sentimientos acallados por amores contrariados.Mis pies, a un palmo...