El libro toma para su título la referencia del famoso artículo de T. Levitt en la Harvard Business Review de 1960, "Miopía en Marketing". El autor utiliza el paralelismo para señalar que en la Gestión del Conocimiento está ocurriendo algo similar. En el libro se desarrolla una amplia visión de la Gestión del Conocimiento como un "atractor" como le gusta decir al autor, pero este "atractor" está complementado con otros como Internet y la Sociedad del Conocimiento que también tienen cabida en el desarrollo del libro. La Gestión del Conocimiento es más que un método un movimiento. Requiere para ver su trascendencia dos esfuerzos. Primero, los directivos deben ver la Gestión del Conocimiento como algo que les debe hacer cambiar a ellos mismos, deben moverse como observadores pero también como parte del proceso. El segundo esfuerzo es no ceder a la impaciencia y ver la Gestión del Conocimiento como algo trascendente que cambiará la vida de muchas empresas y organizaciones. Es un libro pensado para estudiosos, directivos y observadores del cambio social. Para todos ellos el autor recomienda una lectura diferente. En todo caso y consecuente con su posición el autor previene de que el libro no da recetas, simplemente anima a caminar, con investigación teórica y práctica en el diseño de la empresa del conocimiento y de las organizaciones del siglo XXI.
Es un libro que provoca una profunda reflexión gracias a numerosos casos de empresas que lo hacen atractivo tanto para directivos como para académicos. Los autores plantean una tesis evolutiva como metáfora de las organizaciones, desde una empresa jurásica adaptada a la era industrial hasta las 'especies' más evolucionadas que son las organizaciones que desarrollan su actividad en una ecología innovadora basada en la conectividad.
En este libro aparece un modelo integral de Gestión de Conocimiento que incorpora las tres dimensiones clave para las organizaciones: Gestión de Contenidos, que apenas si se distingue de la gestión de informacion. Gestion de personas, donde se establecen dinamicas relacionales entre las redes de agentes internos y externos a la organizacion para intercambiar conocimiento. Gestion de comunidades, donde estos actos relacionales, y sus contenidos pertenecen a colectivos que se organizan en forma de comunidades de practica.
Si a alguien se le ocurre decir que la gestión financiera es una intuitiva resta aritmética de ingresos y gastos, encontraría rápida respuesta de los expertos financieros. Estos argumentarían que alrededor de la contabilidad, desde Fray Luca Pacioli, han desarrollado un dominio científico sólido y extenso que conoce sus contornos, que desarrolla métodos y herramientas, y que congrega sin duda a muchos profesionales alrededor de su práctica. Los directores financieros de las empresas, los académicos, y otros, como consultores o responsables de servicios financieros, se reconocen como comunidad alrededor de este dominio y generan nuevos conocimientos, encuentros, congresos y publicaciones. Lo mismo que decimos de la gestión financiera, podemos decirlo del marketing, o de la gestión estratégica. No podemos sin embargo decir lo mismo de la innovación. Aun en boca de todos, la innovación no tiene disciplina. Para muchos no pasa de ser una intuición básica, pero apenas si se aleja de ser un ejercicio de sentido común. Innovación es todo lo nuevo, y a esta novedad se llega casi por decantación. En esta publicación sin embargo buscamos una disciplina para la innovación. Las sociedades modernas no pueden permanecer hablando y hablando de innovación, hasta la saciedad, sin entrar a su 'caja negra', a la esencia de su gestión. Nada justifica esa situación. Sobre todo si es tanto lo que se juegan las organizaciones al innovar. En este libro intentamos generar los principios de un dominio profesional que es la gestión de innovación. Nuestra pretensión es que sea un dominio científico, acotado, sin pretensión de cerrarlo, pero esencial y distintivo. Y a partir de ahí abrir la generación de modelos, metodologías y herramientas que gestionen la innovación. Sólo existe una razón para esta pretensión, la gestión de la innovación no es una mera extensión de otros dominios de la gestión