El presente volumen es una preciosa selección de solidísimas lecturas espirituales que bien podrían llamarse un curso completo de espiritualidad a la vez copiosoy sintético. Notables son la cvlaridad y la sobria objetividad en la exposicion de las ideas. El autor sabe escoger en todo momento, en el inmenso campo de la mistica y de la ascetica, aquellos temas de mas facil comprension yse remonta desde ellos a la contemplacion de las verdades mas sublimes de la revelacion.Los pensamiento que aqui se proponen a los cristianos han ido madurando y coordinandose en el transcurso de muchos años como fruto de una intima meditacion personal y de una perspicaz experimentacion en frecuentes jornadasde espiritualidad.Nunca el espiritu ha encontrado mejor guia de caminantes que esta obra, trazada al ritmo de nuestra vida contemporanea, pero con la vision siempre fija en el abismal misterio de la divinidad.
La renovación litúrgica introducida estos últimos años en el seno de la Iglesia y los debates suscitados en torno al modo más eficaz de llevarlo a término han prestado actualidad al tema de la confesion frecuente o, como se la ha llamado, de la confesion por devocion.Pio XII en su enciclica Mystici Corporis le dedico su atencion y, saliendo al encuentro de algunos que rebajan su alcance, subrayo la decisiva importancia que tiene para la vida espiritual del cristiano con las siguientes palabras:"Queremos recomendar con mucho encarecimiento el piadoso uso de la confesion frecuente, introducido por la Iglesia, no sin una inspiracion del Espiritu Santo, con el que aumenta el justo conocimiento propio, crece la humildad cristiana, se desarraigan las malas costumbres, se hace frente a la tibieza e indolencia espiritual, se purifica la conciencia, se robustece la voluntad, se lleva a cabo la saludable direccion de las conciencias y aumenta la gracia en virtud del sacramento."El insigne archiabad del monasterio de Beuron expone magistralmente esos efectos saludables de la confesion frecuente, indicados por el papa. Sus observaciones son el mejor comentario de las palabras pontificias. Don Benedikt Baur conoce tambien las dificultades que pueden surgir en tan loable practica y la manera de vencerlas. Sus consejos desbrozan el camino, abren nuevos horizontes, infunden animo y enseñan el uso recto de ese medio inapreciable para dirigir las almas hacia la perfeccion.