Sepas lo que sepas, guarda silencio. A nadie enseñarás nada más de aquello que sabe.Y si amplía su saber tomándolo de ti sin estar preparado, será un saber superficial en él y sin fondo. La sabiduría no se regala, se trabaja en el roce con la vida y el sacrificio cotidiano. A aquellos que debas decirles algo, la misma vida los pondra parejos a tu camino, y andando, los enseñaras a andar.
Ilustrado con dibujos suyos, tal vez sea éste el libro más poético de Cayetano Arroyo, en el que su mensaje espiritual alcanza una belleza sublime. "De tu mano, hermana soledad, he recorrrido las calles que los hombres han hecho sobre el mundo.""De tu mano me he adentrado en ellas, acompañado tan solo por el eco de mis pasos.""De tu mano he oido los hogares donde los hijos de los hombres se refugian y se calientan, se rien y lloran juntos en familia. Y yo solo he tenido a tu mano y el techo de estrellas y la voz del silencio vibrando en mi corazon.Y sin tener a parentemente nada, he sido el mas rico entre los hombres; porque mientras ellos aprendian a salir de sus casas, yo viajaba de mundo a mundo y de estrella a estrella con las alas del despego y el amor.""Y todo esto lo hacia de tu mano, hermana Soledad. Tomado de tu mano."
Sabes que eres aquí y ahora. Vive al máximo cada latido de la existencia para profundizar en la herida de la vida. Anda a fondo el camino del Retorno, desde el árbol a las últimas estrellas. Con la frente limpia, una sonrisa en los labios y en los ojos la Llama Viva. En el pecho el corazón del mundo y en la espalda dos grandes alas blancas como dos grandes silencios unidos en el ritmo. Descalzos son tus pasos sobre los mundos. Sediento del Agua Viva, buscando en cada esquina del tiempo al Ser del que eres el reflejo.
Ilustrado con dijos del autor, tal vez sea èste el libro más poético de Cayetano Arroyo, en el que su mensaje espiritual alcanza una belleza sublime"De tu mano, hermana soledad, he recorrido las calles que los hombres han hecho sobre el mundo. De tu mano me he adentrado en ellas, acompañdo tan sólo por el eco de mis pasos. De tu mano he oído los hogares donde los hijos de los hombres se refugian...
Con la poética sencillez que lo caracterizaba, Cayetano Arroyo plasmó en este librito las verdades más profundas de la vida y del mundo en que vivimos, más allá de las apariencias y de la información parcial e incompleta que nos transmiten nuestros sentidos físicos y nuestra mente. Con su inocencia, los animales del bosque, los pájaros y hasta los árboles, nos muestran y nos enseñan la verdad del mundo espiritual, ese mundo con el cual tenemos contacto en muy pocos momentos de nuestra vida, pero que sin embargo es mucho más real que este en el que se desarrolla nuestro vivir consciente de cada día, y que es apenas una sombra del otro.