Enseñar a comer no es una misión imposible. Podremos lograrlo con cierta facilidad si empezamos a educar el paladar de nuestros hijos desde el primer momento. Para crecer con salud y saber apreciar la buena gastronomía el día de mañana, los niños han de aprender a disfrutar de una dieta rica, variada y saludable. Por ello en este libro de cocina, junto a las claves nutricionales que hay que conocer sobre la alimentación infantil, presentamos una selección de recetas pensadas para introducir la calidad y variedad de preparaciones, productos y sabores en la alimentación de bebés y niños de corta edad. Y eso sin olvidar que a los niños la comida también les entra por los ojos. Los colores y las formas son para ellos tan importantes como las texturas y los sabores a la hora de aceptar o rechazar un plato. Así que si la presentación de los platos es, como en nuestras recetas, una invitación al juego... ¡todo estará de rechupete!
La propuesta de trabajar menos es cualquier cosa menos frívola. Pero, pese a su vieja tradición filosófica, esta tesis parecía políticamente poco apropiada mientras estuvo vigente la promesa de crear un Estado del Bienestar. Sin embargo, la contrapartida que se ofrece hoy a cambio del esfuerzo laboral es precariedad creciente en el empleo, despido libre, contratos basura, salarios que rayan en el insulto, servicios públicos de salud deteriorados e incertidumbre en las pensiones de jubilación. En esas condiciones, entregar nuestra vida al trabajo por cuenta ajena parece cosa de tontos: "vive para ti solo, si pudieres, pues sólo para ti, si mueres, mueres", advierte Quevedo. Razones para no trabajar demasiado las hay seguramente por miles. En este librito se presenta una breve selección que recoge lo que filósofos y pensadores de diversas épocas han dicho sobre lo que el impagable Paul Lafargue denominó "el vicio del trabajo". Para entender el concepto es preciso leer a maestros del pensamiento como Sócrates, Epicuro, Séneca, Tomás Moro, Henry D. Thoreau o Bertrand Russell, entre otros. Si una mayoría de ciudadanos leyese a estos maestros y actuara en consecuencia, posiblemente el capitalismo caería sin necesidad de revoluciones. El experimento vale la pena. Esta guía de lectura va dedicada a quienes se atrevan a intentarlo.
Algo falla en la lógica del argumento demográfico con el que banqueros, políticos, altos funcionarios, grandes patronos y otros agoreros atentos a la voz de su amo, pronostican la quiebra de las pensiones publicas en 2040. Ante la hipotesis de un acusado envejecimiento de la poblacion en esa fecha, el pago de pensiones seria un problema secundario frente al colapso generalizado que originaria la escasez de trabajadores jovenes. No se podrian atender las redes viarias, los aeropuertos, los hospitales o los centros de enseñanza. Ni cubrir la plantilla de los cuerpos militares y policiales encargados del orden publico y la defensa nacional. ¿Quien trabajaria en las fabricas, oficinas, comercios, medios de transporte y barcos de pesca? Los apocalipticos profetas de la quiebra de la Seguridad Social mienten con el mayor de los descaros. Ocultando que el continuo incremento de productividad obtenido gracias al avance tecnologico permite mantener la produccion y las ganancias con una cantidad menor de mano de obra. Es preciso acabar con esa perversa costumbre por la que, mientras todos los gastos del Estado se costean con los impuestos generales, las pensiones las sufraga en exclusiva el bolsillo de los trabajadores. Que pagan asi, por partida doble, cotizaciones sociales e impuestos generales. A raiz de la penultima crisis del capitalismo, los gobiernos han movilizado ingentes cantidades de dinero del trabajador contribuyente para acudir en socorro de los banqueros en apuros. Habiendo contraido una enorme deuda con la sociedad que los ha salvado de la quiebra, los bancos deben ahora contribuir con sus ganancias a evitar la quiebra del Estado del Bienestar. La Seguridad Social no es un capricho, sino una de las conquistas con las que el movimiento obrero humanizo la sociedad para alejarla del estado de las bestias. Algunos propugnan hoy volver a ese estado recuperando un capitalismo salvaje que despertaria violentas respuestas. Si los gobernantes y legisladores hincan la rodilla ante el poder economico, nuestro deber como ciudadanos es aprestarnos a la defensa civil de las formas solidarias de convivencia.