Pocos escritores han tenido una vida tan intensa y biografiable como Ramón del Valle-Inclán, y pocos han acumulado mayor cantidad de leyendas e invenciones acerca de su persona, algunas de ellas propiciadas por él mismo y por su afán mitómano.Estas ficciones sobre su vida tienen un innegable interés, pues acabaron conformando su personalidad y deberían interpretarse como mecanismos para sublimar una realidad insatisfactoria. Los lances de café, las salidas ingeniosas, las cóleras furibundas, su innegable gracejo e ingenio al contestar y corregir justiciera y quijotescamente a los demás nos ofrecen la faceta más brillante del personaje, pero dejan en penumbra las otras: la cotidiana menos heroica, la que luchaba por la subsistencia y por sacar adelante su obra, la de sus íntimas frustraciones.Esta biografía se propone distinguir lo mítico de lo real, lo mentido de lo verdadero, para poner pie a tierra al personaje y hacerle andar como un hombre con sus miserias y limitaciones. La grandeza del escritor nos la da su obra, pero la grandeza del hombre nos la transmite esa determinación para escribirla y el camino de renuncias que exige.