El prestigioso autor de The political system (1953) ofrece en este libro, que forma parte, como aquel, de un vasto proyecto de construcción de una teoría sustantiva de la vida política, el molde dentro del cual podría vaciarse esa teoría, el andamiaje conceptual que debería sustentarla. Su propósito es exponer los procesos por cuyo intermedio un sistema político, prescindiendo de su carácter genérico o específico, puede persistir como sistema de conducta en un mundo de estabilidad o de cambio. Se indagan en él los «procesos vitales» de todos los regímenes políticos, no los exclusivos de un tipo determinado (democrático, totalitario, burocrático, imperial, etc.), y la atención se centra en los procesos de los sistemas, no en las formas estructurales mediante las cuales se satisfacen los requerimientos de estos procesos. Pues como el propio Easton sostiene, si bien la necesidad de entender las estructuras es vital, estas solo pueden analizarse con éxito tras haber establecido cabal e inequívocamente las funciones características de los sistemas políticos.
El prestigioso autor de The Political System ofrece en este libro, que forma parte, como aquel, de un vasto proyecto de construcción de una teoría sustantiva de la vida política, el molde dentro del cual podria vaciarse esa teoria, el andamiaje conceptual que deberia sustentarla. Su proposito es exponer los procesos por cuyo intermedio un sistema politico, prescindiendo de su caracter generico o especifico, puede persistir como sistema de conductaa en un mundo de estabilidad o de cambio. Se indagan en el los procesos vitales de todos los regimenes politicos, no los exclusivos de un tipo determinado (democratico, totalitario, burocratico, imperial, etc.), centrando la atencion en los procesos de los sistemas, no en las formas estructurales mediante las cuales se satisfacen los requerimientos de estos procesos. Pues, como el propio Easton sostiene, si bien la necesidad de entender las estructuras es vital, estas solo pueden analizarse con exito tras haber establecido cabal e inequivocamente las funciones caracteristicas de los sistemas politicos.
Si en la primera mitad del siglo XX la ciencia política se mostró indiferente y aun hostil al comercio con otros campos del saber, continuando su marcha en un espléndido aislamiento, con el auge de la teoría empírica comenzó a echar nuevas y más profundas raíces en las demás ciencias sociales. Por otra parte, la creciente gravedad de la crisis política del mundo moderno hizo que los teóricos de otras disciplinas se sintieran tentados a acometer una conceptualización que la nueva ciencia, todavía incipiente, tardaba en abordar por sí misma. Sociólogos, economistas, antropólogos, se dedicaron a sistematizar el estudio de fenómenos políticos en un alto nivel de generalidad. Los ensayos incluidos en esta obra son un ejemplo ilustrativo de esa «invasión», que ya no causa en los politicólogos el temor a la pérdida de su independencia intelectual. «Cada vez nos hacemos más la idea -dice Easton- de que somos parte integrante de la empresa científica total, que pretende llegar a comprender al hombre en sociedad». En un prólogo escrito para esta versión castellana, el profesor Carlos A. Floria traza la evolución de la ciencia política argentina a partir de Rodolfo Rivarola hasta su actual «crisis de legitimidad».
El prestigioso autor de The political system (1953) ofrece en este libro, que forma parte, como aquel, de un vasto proyecto de construcción de una teoría sustantiva de la vida política, el molde dentro del cual podría vaciarse esa teoría, el andamiaje conceptual que debería sustentarla. Su propósito es exponer los procesos por cuyo intermedio un sistema político, prescindiendo de su carácter genérico o específico, puede persistir como sistema de conducta en un mundo de estabilidad o de cambio. Se indagan en él los «procesos vitales» de todos los regímenes políticos, no los exclusivos de un tipo determinado (democrático, totalitario, burocrático, imperial, etc.), y la atención se centra en los procesos de los sistemas, no en las formas estructurales mediante las cuales se satisfacen los requerimientos de estos procesos. Pues como el propio Easton sostiene, si bien la necesidad de entender la estructuras es vital, estas solo pueden analizarse con éxito tras haber establecido cabal e inequívocamente las funciones características de los sistemas políticos.