La tía Adela se ha marchado del pueblo en el autobús de las diez, en busca de historias con las que seguir llenando las páginas de su cuaderno. Sin embargo, durante su ausencia, la vida, que nadie escribe, seguira. Olivia, su musa, la estara esperando enterrada en la tierra de los geranios; Segismundo, el manzano, se enamorara de la criada del notario; Violeta surcara la feria con la sola intencion de dar una noticia y Sara se sentara cada noche en la puerta de su casa para ver como la luna se le refleja en el escote.Un pueblo imaginario, situado en la estrecha linea que separa la realidad de la fantasia. Un espacio por donde acompañar a personajes magicos y entrañables con los que descifrar el hechizo de una despensa, el dudoso camino que conduce a Enriqueta hasta el altar o la tristeza de Leandro mientras llueve.
Una lectura mágica del amor, el desamor, la vida cotidiana, la traición, el matrimonio y el adulerio. Una historia bonita e inteligente que recuerda a la exitosa Seda de Alexandro Baricco, pero también a los libros de Espido Freire o de Vila-Matas.
Escombros. Un hombre y una mujer. Un encuentro después de muchos años. El espacio de la memoria parece estar lleno; sin embargo, en el presente apenas hay una botella de coñac y dos copas. Ambos hablan de una niñez que compartieron, pero que no se parece en nada. ¿Quienes fueron ellos realmente y los que los rodeaban? La mujer busca sus recuerdos mas alla del patio de butacas. Quiere volver hacia atras y poner voz a las palabras que se quedaron por el camino, quiere reconstruir los puentes que se rompieron, quiere seguir pensando que vivio en un paraiso. El hombre bebe y mastica su rabia. Mas al este es oeste. El Olimpo ya no es lo que era; solo un chamizo con cuatro tablas, y el dios Zeus ya no tiene donde ejercer su poder. De modo, que viaja hacia nuestros dias para ponerse en manos de un psicologo que le pueda ayudar con su depresion. Ambos, psicologo y dios, abandonados por sus parejas, se zambullen en una lucha de competencias. En un debate sobre el poder y la sumision, y los sentimientos. Lo antiguo y lo contemporaneo a la luz del Absurdo, cuando en realidad la raya que parece separarlos, en lo fundamental, no este tan clara.