Esta obra trata de trazar un mapa que delimite, con la claridad que permite la imbricación de los conceptos gracianos, algunos de los fundamentales para comprender la obra del jesuita. A pesar de la extensa e intensa obra de Gracián, se ha optado por la selección de treinta conceptos, básicos, en nuestra opinión, para entender al autor. Se ha procurado, así, un acercamiento a su obra y a su pensamiento desde una aproximación interdisciplinar, estudiándolo desde ángulos distintos que enriquezcan su conocimiento.Una introducción sitúa las coordenadas biográficas y textuales necesarias para entender la obra objeto de estudio.Todos los conceptos, aun cuando se aborden desde distintas metodologías, tienen una estructura común. «Texto», fragmentos del propio Gracián donde se recoge la quintaesencia del concepto; «contextos», textos de autores contemporáneos o precedentes del jesuita que ayuden a comprender la idea analizada; «concepto», estudio de cada uno de los seleccionados, con una breve presentación y aportaciones originales del autor; y «bibliografía», una selección de referencias que recogen las interpretaciones que permiten profundizar en el concepto estudiado.
El rótulo de este volumen es extremada y deliberadamente dúctil, una suerte de comodín en el que caben diversos saberes. La filosofía ha dejado en barbecho temas que han hallado refugio en otras disciplinas incipientes que han ido desarrollandose y consolidandose, y que, incluso, han acabado compitiendo con ella. Es cierto que queremos propiciar una cierta promiscuidad entre saberes, fomentar el mestizaje; por ello, reivindicamos el derecho de roce de generos y conocimientos adyacentes. Estamos convencidos de que cabe aprender mucho de ellos, pero sin franquear el paso a una filosofia aguada, trivial, pueril, comoda y acomodaticia. No queremos mirar de soslayo lo que se cultiva en sus aledaños, porque desde hace tiempo ella dejode ser la reina de los saberes y porque su desidia con respecto a determinados topicos (la memoria, la muerte, la imagen) los ha arrastrado a la emigracion y al exilio, y su incuria ha coadyuvado a que, en su extrarradio, ciencias emergentes los hayan recibido con los brazos abiertos y los hayan cultivado con mimo y provecho. No obstante, aunque es incontestable la influencia del giro linguistico y los buenos reditos del giro iconico, ultimamente se multiplican los giros, y tal inflacion esta convirtiendo las ciencias humanas en un carrusel, en una espiral narcisista y autocomplaciente. Tanto giro empieza a dar vertigo sin que, como contrapartida, se obtengan pingues rendimientos cognoscitivos, y tal frenesi giratorio puede interpretarse como una respuesta al vacio dejado tras la evaporacion de los metarrelatos.