FRANCISCO J. CASTRO MIRAMONTES

Un acercamiento a la vida de Beatriz de Silva y Meneses, una santa del siglo XV cuyo ejemplo irradia más allá de su época. Mujer de belleza extraordinaria, vivió durante un tiempo en la Corte hasta que se retiró a Toledo para practicar una vida de oración y caridad con una especial devoción a la Inmaculada Concepción de María. Santa Beatriz, fundadora de las Hermanas Concepcionistas Franciscanas, orden presente en España, Portugal y Latinoamérica, fue canonizada por Pablo VI en 1976. Esta obra, escrita por un franciscano y con los testimonios de algunas concepcionistas, ve la luz en el V Centenario de la aprobación pontificia de la Regla.

La vida siempre nos sorprende, a veces incluso nos desconcierta y derrota, pero el peregrino sabe que toda la ciencia consiste en caminar día tras día sin mirar atrás, sabiendo que la vida misma marca un camino que el ser humano, con su ferrea voluntad y su corazon sensible y solidario, puede transformar plantando flores en tierra arida. La vida, segun como se mire, se puede convertir en el espacio sagrado en el que es posible llegar a disfrutar de ciertas dosis de esperanza y afirmar que, pese a todo, La vida es amable .Francisco J. Castro Miramontes, sacerdote franciscano, dirige y presenta el programa religioso"Dia Santo"de la cadena Radio Galega. Es delegado de Justicia y Paz de la orden franciscana y responsable del Hogar de Espiritualidad San Francisco de Asis. Es autor de numerosas obras de espiritualidad, la mayoria de ellas publicadas en SAN PABLO.

Paco Castro y Antonio García Rubio han mantenido a lo largo de los años una correspondencia reflexiva, creativa, interrogativa y serena. Cuando cualquiera se acerca hasta sus cartas tiene la impresión de que ambos las hubieran escrito sentados a la sombra de un árbol común. Aparece ante nuestros ojos un árbol, un tronco y un ramaje que, además de ofrecerles una misma sombra, también les brinda el don de una misma fe, de una semejante soltura y de una parecida calma. Aunque, siguiendo la lectura, pronto descubrimos que ellos, estando bajo el mismo árbol, sin embargo están ubicados en lugares, contextos y momentos diferentes de la sociedad y de la historia presentes.Son muchos los temas que inquietan hoy a la humanidad. Esos temas son los mismos con los que ellos, que participan plenamente de las alegrías y de las angustias de la sociedad en la que viven, se acuestan cada noche y se levantan cada mañana, los mismos que repasan diariamente a la sombra del árbol de la vida y de la fe, del árbol de la sabiduría del Evangelio

«La vida en palabras» recoge cincuenta cartas que el autor dirige al lector y en las que habla del amor. Francisco J. Castro Miramontes hace ver a través de todas ellas que, a pesar de los malos momentos, e incluso en las tragedias, hay algo que prevalece: el amor a la familia, a los amigos, a la naturaleza, a quienes padecen y sufren. El amor es lo que da sentido a la vida de las personas, el único camino para alcanzar la paz interior. Da igual cómo se denomine, amor, Dios, conciencia... Si la persona busca en su interior, lo descubre vivo y tangible. El amor es nuestra experiencia de lo divino, de lo sagrado, un tesoro que la persona ya posee, pero que en ocasiones no es consciente ni de su valía ni de su poder para cambiar las cosas. En definitiva, este es un libro para leer con calma, pues invita a pararse a pensar, a hacer un alto en el camino y a tomarse un tiempo para reflexionar.

Tamizando su propia experiencia personal como peregrino, a través de su sencillo y ardiente espíritu franciscano, el autor recoge treinta meditaciones, una por cada día de jornada, durante el camino de Roncesvalles a Santiago. Las meditaciones se centran en la identidad del ser humano, en su dignidad particular y en sus actitudes, haciendo de todo ello oracion. Se trata de una invitacion a recorrer este camino de profundizacion dirigida a todos, especialmente a los jovenes, proponiendo un modelo antropologico: el hombre cristiano.