Guillermo de Osma Wakonigg inició su trayectoria profesional en la Calcografía Nacional tras licenciarse en Historia del Arte. Posteriormente se trasladó a Londres, donde trabajó como asesor de pintura española de los siglos XIX y XX en Sotheby’s. En 1978 comenzó su labor de investigación de la obra de Mariano Fortuny y Madrazo, publicando posteriormente el libro Mariano Fortuny. His life and work (Londres, Aurum Press, y Nueva York, Rizzoli, 1980) y comisariando la exposición Mariano Fortuny. 1871-1949 (Musée des Tissus et des Arts Decoratifs, Lion, 1980; y Brighton, Nueva York y Chicago, 1981-1982). En 1982, como director de la oficina Latinoamericana de Sotheby’s en Nueva York, fue responsable de la estrategia y desarrollo para América Latina. Inaugura la década de 1990 con la apertura en Madrid de la Galería Guillermo de Osma, un espacio especializado en la vanguardia histórica europea y latinoamericana. Durante estas casi dos décadas también ha sido comisario de relevantes exposiciones y publicado numerosos escritos sobre la moda, el coleccionismo, el arte español de los siglos XIX y XX y la figura de Mariano Fortuny, donde cabe destacar su reciente ensayo Mariano Fortuny, Proust y los Ballets Rusos (Barcelona, Elba, 2010).
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"Un alquimista", "un soñador", "un hombre del Renacimiento", "el mago de Venecia"...Mariano Fortuny y Madrazo (Granada, 1871 - Venecia, 1949) fue un caso excepcional en la Historia del Arte, del diseño y de la tecnología de finales del siglo XIX y del siglo XX. Su capacidad creativa y la impronta que dejó en campos tan diferentes como la pintura, la moda o la tecnología, invita a buscar sus antecedentes en los artistas del Renacimiento o en el Barroco de un Bernini, donde el espíritu humanista conciliaban la ciencia y el arte para el pleno desarrollo del individuo. Hombre de profundos y muy variados intereses, tan versado en la física y la química como en las artes, Fortuny tenía un arraigado sentido de la tradición y un profundo conocimiento del pasado, germen de muchas de sus ideas y motivos, que él fue capaz de combinar con las tecnologías más recientes -a menudo de su propia invención- para terminar haciendo algo innovador y profundamente moderno. Pintor, grabador, fotógrafo, escenógrafo, reformador de la iluminación teatral, diseñador de lámparas eléctricas y muebles, inventor... Entre 1901 y 1934 registró numerosas invenciones en París, desde un sistema para variar la intensidad de las lámparas hasta un medio de propulsión para embarcaciones, además de las patentes para el diseño de su vestido más famoso, el Delphos, una serie de nuevos procesos de impresión textil y un sistema revolucionario para la iluminación de espectáculos teatrales.
Este libro ofrece un relato completo de la vida del visionario diseñador Mariano Fortuny y Madrazo (Granada, 1871-Venecia, 1949). Más conocido por sus ricas e innovadoras telas y vestidos opulentos, Fortuny fue tambien un consumado pintor, grabador y fotografo, asi como un diseñador de juegos teatrales, trajes e iluminacion.Nacido en una famosa familia de artistas, criticos, arquitectos y artesanos, Fortuny fue educado en un refinado y cosmopolita ambiente cultural que alimento su extremada curiosidad intelectual y talento creativo. Tras residir unos años en Paris, se establecio definitivamente en Venecia, en el legendario Palacio Pesaro degli orfei, morada y taller donde produjo muebles, ropas, lamparas y escenografias que serian pioneras en la opera y ballet. Fortuny se intereso especialmente por la iluminacion aplicada a las artes escenicas, que transformo con novedosas soluciones. Como grabador, realizo ilustraciones de temas inspirados en Wagner y Shakespeare. Su obra pictorica tiene como protagonista a la mujer inmersa en un halo teatral y simbolico, pleno de sugestiva belleza.Especialmente importantes son sus creaciones en el mundo de la moda, inspiradas en el mundo clasico y oriental, que materializo magistralmente en su mitica tunica Delphos. Tambien aplico su refinado talento al diseño textil, revolucionando los procesos de tintado y estampacion de las telas. Sus prendas de seda plisada y sus capas de terciopelo que hoy atesoran los museos de indumentaria mas importantes del mundo son la maxima encarnacion del vestido como obra de arte y, sin duda, su logro creativo mas perdurable y actual. El diseño patentado resulto un exito sin precedentes, favorecido por los clientes del mundo del arte de vanguardia, como Isadora Duncan o personas de la alta sociedad estadounidenses. Inmortalizado por Proust en En busca del tiempo perdido, el Delphos se considero escandaloso en su primera aparicion en 1907, pero los ejemplos inspirados en el diseño original de Fortuny todavia aparecen regularmente en las alfombras rojas de hoy.