La experiencia del mal realizado o sufrido por las mujeres, al igual que la que afecta a las vías de salvación, se ha interpretado tradicionalmente desde un enfoque religioso patriarcal, mediante una metafísica caracterizada por un dualismo jerárquico y masculino, que se presenta de modo universalista. Frente a dicha interpretación, esta obra ofrece una innovadora perspectiva en el tratamiento del problema de Dios y el problema del mal, vistos tal como son vividos por las mujeres o por medio de ellas, a través de discursos propios que desvelan su experiencia personal.
Desconstruyendo minuciosamente los contenidos de la teología patriarcal, Ivone Gebara desentraña el papel de la religión como legitimadora de la subordinación de las mujeres y la naturaleza. Desde su compromiso vital con las mujeres pobres del nordeste brasileño, apunta a la construccion de una nueva etica, buscando espacios de libertad y de justicia donde poder disfrutar sin exclusiones del banquete de la vida.