La Guerra Civil espanola vista por grandes intelectuales del siglo XX: Thomas Mann, Andre Gide, Albert Camus y George BernanosAdentrarnos hoy en la Guerra Civil española no para reabrir viejas heridas, sino para descubrir que todas las ideologias, de uno u otro signo, brutalizaron y derrotaron la unidad moral y espiritual que constituye la raiz historica de los pueblos de España.Para grandes espiritus de aquel tiempo, como el aleman Thomas Mann, liberal conservador, la Guerra Civil constituyo "el escandalo mas sucio de la historia de la humanidad", un crimen que interpelaba a la conciencia de los hombres de toda condicion, tiempo y origen. El izquierdista Andre Gide y el entonces aun comunista Albert Camus coincidieron en que fue "una degradacion del espiritu sin precedentes". Al mismo tiempo, el novelista Georges Bernanos, de pensamiento catolico y filiacion monarquica, vio en ella "la desaparicion del hombre de buena voluntad". Comprender en toda su profundidad como cuatro sensibilidades politicas tan dispares coincidieron en su comprension moral de aquel conflicto es uno de los objetivos que se plantea Jean-Pierre Barou.La guerra de España: reconciliar a los vivos y los muertos es un regreso a la escena del crimen desde una nueva perspectiva, mas cercana a la sensibilidad de las jovenes generaciones de españoles. Barou recorre y reinterpreta con originalidad y lucidez algunos momentos clave de nuestra historia, y los enlaza en una continuidad tragica: desde el Fuenteovejuna de Lope de Vega a la Yerma de Garcia Lorca y el posterior asesinato del poeta. Y muestra una vez mas la asombrosa capacidad de la literatura para trascender la historia de los hechos consumados."Que los muertos nos perdonen. Que sean liberados de nuestra ingratitud. Esta es la oracion de Barou".Basilio Baltasar"La originalidad de su enfoque y su eleccion de presentar analisis y reflexiones de los intelectuales mas prestigiosos de la epoca, voces tan profundas y poderosas, produce un efecto deslumbrante y atrae al lector".Eneko Landaburu, ex director general de Relaciones Exteriores de la UE
Quand Matisse s'installe à Collioure, en mai 1905, il n'est encore qu'un petit maître. Mais le port catalan, aux portes de l'Espagne, est un terreau fertile où vivent des «indigènes» novateurs: Étienne Terrus, qui peint déjà comme un «fauve», ou encore George-Daniel de Monfreid, le protecteur et confident de Gauguin, chez qui Matisse va découvrir, avant Paris, les bois sculptés de l'exilé tahitien. C'est en maître de la couleur pure que Matisse rentre à Paris, à l'automne 1905. Collioure est donc un moment décisif de sa carrière. Jusqu'en 1914, Matisse y reviendra d'ailleurs régulièrement, créant là ses oeuvres les plus révolutionnaires, tel Nu bleu, qui préfigure Les demoiselles d'Avignon. Picasso ne s'y trompera pas: trois étés de suite, il s'installera à son tour dans le Roussillon, entraînant avec lui Max Jacob, Juan Gris, Georges Braque... Photographie de couverture: collection Odette Traby.
Adentrarnos hoy en la Guerra Civil española no para reabrir viejas heridas, sino para descubrir que todas las ideologías, de uno u otro signo, brutalizaron y derrotaron la unidad moral y espiritual que constituye la raiz historica de los pueblos de España