Gil Baleares -ex policía judicial mexicano e investigador privado de poca monta- lo único que le interesa es poder hacerse con un coche nuevo, un precioso modelo japonés, y librarse así definitivamente del viejo cacharro que se ve obligado a conducir. Por esta razon, acepta resolver el secuestro de Alicia del Moral, la joven hija del dueño de una fabrica de dulces. Los secuestradores que la retienen exigen a los padres una cantidad exorbitante de dinero y eso, sumado a la crueldad de las imagenes que han hecho llegar a la familia, no hace presagiar un final feliz.Sin embargo, Gil sigue tirando del hilo y descubriendo indicios hasta que toda la investigacion se ve puesta en peligro por la intervencion de la policia: por un lado estan los corruptos, implicados en el secuestro y que intentan obstaculizar la labor de Gil; por otro, Marcial Oviedo de la policia judicial, quien quiere aprovecharse de Gil y llevarse la gloria de la resolucion del casoY en medio de este cuadro, esta e padre de Baleares, Angel El Perro Baleares, ex policia judicial, leyenda mitica del turbio mundillo de la corrupcion policiaca de los años setenta en el DF, y ahora enfermo de alzheimer, un personaje disparatado a la vez que extrañamente cuerdo.Gil se vera, en mas de una ocasion, cruzando el camimo donde la justicia y la corrupcion pierden fornteras, y poniendo en peligro su integridad fisica, amenazada por la aterradora ley garrote.
Una novela negra ágil, con mucha acción y una protagonista sorprendente.«Digo a mi favor que no cometí más errores que cualquier madre, fui sobreprotectora, otras veces dura, pero siempre en el afán
Abril se mueve en ese territorio en el que se confunden la carcajada y la mueca de espanto. En un futuro impreciso, pero próximo (nuestros soldados recuerdan aún los cuatro pasos del chiki-chiki y España no se ha convertido aún en un desierto), el Imperio Hegemónico declara la guerra a la República Islámica de Kimbambia. «¿Y eso qué tiene que ver con nosotros?», pregunta el anónimo protagonista de Abril al comandante Heredia. Una pregunta estúpida, él mismo lo reconoce casi inmediatamente. Pero hay que hacerse cargo: ¿quién podía imaginar que alguien iba a derribar un día el botafumeiro de la catedral de Santiago de Compostela con un misil tierra-aire? Crónica disparatada de la guerra contra un enemigo ubicuo, una deserción imposible y un amor que no salva, Abril se mueve en ese territorio en el que se confunden la carcajada y la mueca de espanto. Ese territorio que, para simplificar, podríamos denominar, por ejemplo, la vida.