Este libro nace de la inspiración y del amor a la vida. Poemas del alma recopila las poesías escritas por José Sánchez Franco durante los últimos años de su vida, puero ejemplo de belleza y profundidad donde se muestra la sensibilidad del escritor. Cada palabra, cada reflexion sobre la vida, la muerte y el amor se adentra en lo mas profundo del alma del lector. Es un orgullo y privilegio para Alejandra Sanchez, como hija del autor, poder compartir sus poemas con el.
A Miguel Yolene le horrorizaban las oscuras y peligrosas noches de contrabando en el postrer y alejado embarcadero del puerto, y su hermano Pedro el Mellao se avergonzaba de su parentesco, atraído por los pingues beneficios que le producian. A todas horas se veia siendo, en un futuro cercano, un gran traficante. Estaba convencido de que, por fin, iba a hacer realidad su deseo de poseer una lujosa Galeta y surcar el Mediterraneo en viajes de placer; desde el mar de Alboran hasta el Adriatico.
Lorenzo Calle se veía hecho una piltrafa humana, le temblaban las manos y tenía problemas cardiovasculares. Era un alcohólico y había decidido alejarse del ambiente noctámbulo de la ribera y cambiar de conducta. Por fin, empezaba a valorar la insistencia de Luisa Parra al decirle que cortara con su pasado y recuperara la salud. Jamas habia hecho deporte y, a menudo, se le veia correr por la estrecha carretera con las mangas de la camisa y los perniles remangados. Ahi va el tio, gritaban sus detractores al verlo haciendo footing. Ese es un cursi, ha trabajado conmigo en la construccion, añadian con tono peyorativo. Pero hacia oidos sordos y persistia en su intento a lo largo del peligroso sendero plagado de curvas y precipicios. En la dificil ruta era frecuente ver autos despeñados hasta terminar con sus ocupantes en el tronco del peral, arbol cercano a la entrada del cementerio, donde las animas benditas recibian a los muertos antes de ser acomodados en uno de los dos marjalillos del campo santo.
La población de Basules aparecía desierta al llegar la noche. Solo la luz de un quinqué mal dibujaba la sombra del que salía de la taberna y se alejaba rascándose sin piedad con su bestia de reata. A la ciudad venia gente de todos los rincones de la tierra y se marchaba hacia los mas insospechados lugares. Fue a partir de la llegada de la luz electrica cuando su ambiente variopinto se animo, y en sus calles se oian los gritos de los vendedores de guarretes, mercaderes de chatarra, adivinos, charlatanes y embusteros. Habia tambien gente magica, y otros que no morian nunca, como era el caso de Pretoria Ventura, obsesionada por visitar a los enfermos moribundos con el fin de darles recados, para que se los llevaran a sus familiares fallecidos, sin saber si habrian ido a la gloria o al infierno. Pero lo que mas prestigio a los nativos fue la llegada del Hispalense, hombre de exquisita verborrea, entendido en amores y hermano de Lulu de la Pomerania
Le apodaban el Lobo, pero su verdadero nombre era Migueruelo Llorente. La marcha de Nitailla Ferreira a Buenos Aires le había desquiciado. A todas horas vivía envenado, y en las noches de verano se evadia montando en su caballo negro, decidido a disolver a palos a la juventud que se daba cita en la popular esquina de la poblacion rural. Era un individuo sanguinario e impredecible , y llevaba a cabo sus actos de pillaje a partir del anochecer, convencido de que la oscuridad era un buen aliado, pero ignoraba que en el campo, a todas horas, hay muchos ojos vigilando y era muy dificil no ser visto.