La vida de Jesús se puede resumir en una actitud sencilla y profunda: «Sí, Padre». Jesús espera de cada persona y de toda la humanidad ese mismo «sí». Con María aprendemos a decir sí a los planes sal
La comunidad, como expresión de la misma Iglesia, es sacramento de unidad, es decir, signo de la íntima unión con Dios y de la unidad de todo género humano. Somos comunidad en la medida en que nos amamos en Cristo. Este amor no se basa en el temperamento, ni en ideologias, sistemas, gustos, modas, originalidades y caprichos, sino en dar la vida como Jesus.
Se ha publicado un nuevo libro sobre nuestra madre fundadora. En él, podemos adentrarnos un poco más en su interior y conocer sus sentimientos y grandes deseos de ser santa.
Decálogo del espíritu misionero. Ser iglesia: participar de la misión de Jesús. Profetismo: anunciar el evangelio. Abrir nuevas puertas al evangelio. Crear comunidad eclesial. Gozo pascual.
María es «la gran señal» para la Iglesia peregrina (Apoc 12, 1). Es una señal hecha a su medida: fiel a Cristo y transformada en Cristo, es decir, «vestida de sol». Ella es el «signo de esperanza par
La eucaristía es la fiesta que actualiza la cercanía de Dios en Cristo su Hijo, el cual ha dado la vida en sacrificio y «rescate por todos» (Mc 10, 45). Por esto es «el memorial de todo su amor y el
Nadie vive «solo», a pesar de las apariencias. Cristo sale al encuentro de todos. No sabemos el cómo; pero esta es una realidad de la fe cristiana: «El Hijo de Dios, con su encarnación, se ha unido,
El misterio de la vida humana comienza a descifrarse a la luz y en la vivencia del misterio de Cristo, con tal que se le acepte tal como es. Cristo, viviendo nuestras mismas circunstancias humanas, deja entrever su realidad de Hijo de Dios hecho nuestro hermano y Salvador.
Dios sigue hablando a cada uno de manera inedita e irrepetible. Cristo, palabra revelada, predicada, celebrada, vivida, contemplada, releida, creadora de testigos. Compromiso evangelizador.
Solo el amor es fecundo. Lo que no nace el amor es caduco, no tiene consistencia. El hombre se realiza así mismo cuando construye la historia amando. Su destino es el Amor. El hombre es imagen o reflejo de Dios Amor cuando se hace libre para amar.
La iglesia es una comunidad de fe, esperanza y caridad, expresadas en una vida de oración y de entrega. Es el reflejo de la vida de un Dios Amor. Pero la Iglesia somos cada uno de los que formamos parte de ella. El futuro de cada uno estriba en la capacidad de ser y sentirse iglesia de una manera responsable. La iglesia es la familia de los hijos de Dios que camina hacia la casa paterna.
La actitud apostólica de comunión es, para todo el pueblo de Dios, un estímulo del mandamiento del amor. El apóstol ha sido llamado para formar una comunión o fraternidad apostólica que es signo cole
El título, «hacerse disponible para amar» corresponde a la labor que cada uno debe realizar durante su vida. Pero unos días de retiro o un tiempo fuerte de oración y reflexión, viene a ser un ejercic
No es esta una introducción sólo en el sentido de que encuadra las obras de San Juan de Ávila en sus circunstancias históricas, sociológicas y culturales, sino que además ahonda en lo que sigue siendo de mayor actualidad. Aunque no podemos atribuir a una figura del pasado nuevas gracias que el Espiritu Santo concedio a su Iglesia en tiem-pos posteriores, si podemos señalar una continuidad y una preparacion profetica. En el presente estudio se indican algunas pistas relativamente nuevas, al tiempo que se deja cons-tancia de la bibliografia y de la doctrina conciliar y postconciliar actual.
