El tiempo al que se alude en este libro no es un elemento físico, no una fracción de la duración, sino la totalidad de la continuidad histórica, una idea cambiante forjada gradualmente hasta llegar al estado actual que, por lo demas, nada tiene de definitivo: en suma, una historia del concepto historico fundamental y, a la par, el relato de una extraordinaria aventura intelectual. Lo original del texto es, sin embargo, haber vinculado la historia de la naturaleza con la historia humana y haber descubierto que el objeto y el esfuerzo de concepcion en una y otra son bastantes similares. Ni la naturaleza y las de la cultura. Pero tampoco se confunden los planos: para Toulmin y Goodfield, si bien la naturaleza y la historia humana tienen pasado y sufren identicos procesos acumulativos, hay que reconocer in extremis un campo de la motivacion que por el momento no es discernible en la naturaleza. En lo que hay diferencias notables es en la metodologia: en una epoca en que la historia empieza a recoger los frutos de la ruptura de las barreras que la separaban, por tradicion academica, de las demas ciencias sociales, este acercamiento entre historia y ciencias de la naturaleza, imprevisto y atrevido, no deja de ser excitante y polemico.