La historia que se refiere en este texto, está revestida de incrustaciones antiguas, medias y contemporáneas, con la grandeza o pequeñez de los hombres en conformidad con su naturaleza y tiempo. Aquellos que llamaran antiguos a estos nuestros tiempos navegaran como nosotros hoy tratando de buscar, ilusionadamente, un valioso equipo de demolicion capaz de derribar esas escolleras arquetipicas que nos impiden conocer en donde esta la verdad. Y sin animo de generar polemica, la historia es transcendencia, tambien transgresion. La historia esta ahi para conocerla y con capacidad analitica intentar distinguir la objetividad de la tramoya, amañada por conveniencia, o por impregnacion ideologica. Pongamos, que estamos hablando de aquellos que: Con una diabolica ingenieria ecuestre, en el Camino de Damasco siempre caen del lado de los vencedores. El trabajo de acarreo y muerte queda para el soldadito de a pie en el silencio de su memoria. Sin rostro, de espaldas, como los ilustra el libre pincel de nuestro genial Goya. No es posible la lectura de este tiempo sin estremecerse. Electriza, electriza toda conciencia por muy pasiva que sea. Unos quemando iglesias, otros quemando hombres. ¿En que buscamos creer?