Y como era de esperar el año llega a su fin. Nos enamoramos como adolescentes en verano, disfrutando del sol y de las playas de Mallorca. El espíritu navideño hizo que nuestras navidades fueran mágicamente románticas, demostrándonos que el amor en navidad mueve montañas. La primavera nos alteró las hormonas y nos trajo historias dulcemente románticas y por último llega el Otoño, esa estación del año que invita al paseo, a disfrutar de los jardines de follaje marrón y sobre todo a enamorarnos como nunca con su melancolía y su tranquilidad.
Carla nunca pudo imaginar que el extranjero del que se había enamorado guardaba tantos secretos. Cuando descubre que, además, no todo es legal, se le cae el mundo encima. Pero Darío no va a dejarla tan facilmente. Una intensa historia donde tendremos que ver si gana el amor o si triunfan los miedos y las inseguridades. ¿Quien dijo que el amor es un juego limpio?