'La última fuerza' es un poemario de poemarios, es, además, una obra que ha sido capaz de aglutinar -casi de modo espontaneo- la visión cronológica de muchas emociones dispersas que convergen, prácticamente, abriendo un nuevo ciclo creativo y cerrándonos otro. En estas páginas no hay discursos poéticos ni reflexiones estéticas literarias, sólo destacan la voz intensa de un autor que se afana por encontrar una pequeña señal de sinceridad y de conexión individual dentro de nuestro gran colectivo humano. Parece éste un contacto avocado al fracaso entre aquellos que no miran con los ojos a la altura del corazón. Sin embargo... tenemos entre nuestras manos un nuevo libro, 'La última fuerza', de Orlando Cova.
En el momento en que un hombre ladra, sus razones son la rabia, que es la ira de los buenos, y el miedo. Ira por la dirección hacia donde van estos actuales hombres sin historia que somos y por la senda por donde atajamos, vacia de pilares y sentimientos, sin una luz propia. Su miedo como todos los miedos se origina, en el es la razon que desvaria ante la posibilidad de perder de los suyos la caricia, y de los demas, de los que conforman el resto del mundo, el roce que nos hace humanistas, perdurables. Aqui, el poeta, el narrador, el equivocado y acertado, el impaciente lleno de espera, el rastreador de pieles en invierno, el hombre que derramo el vino, el amigo, el deudor, el semi-humano y semi-verso, emite su ladrido...
UN SEÑOR QUE VENDE SUEÑOSIrrumpe en mi casainsolente y descaradoun señor que vende sueños.Va vestido de grisy fuma tabaco rubioa penas pronuncia palabra.Pero de sus manos saltainvisibleel sortilegio que revive lo olvidadotransformandolo todo en callespasosy risasque se multiplicansin parar.Si no fuera por los neonesy los cochesque recorenlas autopistas a toda prisadiria que es Diosque intenta rehacer el mundo.Pero Dios esta cobrando el parodesde hace mileniosy yo tomando diazepamdesde no me acuerdo cuando...Asitodo este hombre insistecon voz firme:Al fondotras la enorme hilera de casas amarillasse mueve el mar constantecon su gigantesca sonrisa azul.