Escritor y guionista, Pedro Molina Temboury nació en Málaga en 1955, aunque su infancia transcurrió en Madrid. Durante casi una década, se dedicó a la cooperación cultural con Latinoamérica, especialmente con Buenos Aires, ciudad en la que residió durante tres años, y desde donde dirigió el Instituto de Cooperación Iberoamericana (ICI). De 1991 a 1994 fue el primer director cultural de la Casa de América de Madrid. Como guionista ha escrito y coordinado varias series de televisión, entre ellas la adaptación de Carvalho, de Manuel Vázquez Montalbán, o El laberinto del Tíbet (Premio Ondas 2001). Es autor de las novelas Ballenas (1987), El hombre de Madrid (1989) y Adiós, Padre Eterno (1997), y del libro de crónicas Viaje a los dos Tíbet (2001).
Recibe novedades de PEDRO MOLINA TEMBOURY directamente en tu email
La vida es sueño o quizá relato, una invención gracias a la cual nos decimos y somos; contamos el mundo y éste viene a darse benevolente en la palabra, sumiso al verbo, pero tirano en las formas de su existencia anonima, repartida entre las risas y el llanto de siete mil millones de personas.Como un tramoyista visionario, canta el poeta la vida y la muerte de una funcion sin libreto ni mas argumento que el puro acontecer, donde feliz excava la lombriz su tierra, Bruto mata a Cesar, brilla la luna bajo los pies de Armstrong, busca refugio el paria en un viaje sin billete o reposan los mil y un objetos inutiles que Nicanor Parra, enfundado en su jersey grueso, guarda en su casa de Santiago, fria como la cabaña de un leñador en la ladera de los Andes.
En los años setenta, en la Facultad de Derecho de la madrileña Universidad Autónoma, coinciden dos amigos que prácticamente nunca ejercería de abogados: un pintor y un poeta que, paralelamente a la inevitable lucha política, participan en la creación.
"Entre las crónicas dedicadas a la China contemporánea son muy escasas las escritas por autores españoles, y menos aún con sesgo literario. Ello confiere un valor añadido a Un jardín en Shan
Jorge ha vivido siempre solo con su madre y de ella nunca ha recibido más aclaración sobre la ausencia de su padre que la escueta frase: «Papá está de viaje». Pero casi con quince años empieza a tene