Mozart no tuvo jamás tiempo material para " componer ", en el sentido corriente y habitual del termino, todo lo que publicó. Era preciso, pues, que su genio funcionase de manera diferente al de sus colegas. Y aqui es donde la busqueda de Pierre-Petit resulta apasionante y nos abre horizontes absolutamente nuevos. Se ha calculado que, si un copista, trabajando toda la jornada, hubiese de recopiar toda la obra de Mozart, necesitaria alrededor de treinta años de trabajo continuo y puramente material. Entonces, ¿como Mozart, muerto a los treinta y cinco años, en 1791, pudo conciliar una produccion pasmosa, tanto por su cantidad como por su calidad, con una vida cotidiana en la que las diversiones, las obligaciones mundanas y los deberes familiares tenian un lugar importante? Esto es lo que trata de elucidar este libro. Ofrece tambien a quienes no conocen nada de la vida de Mozart todos los elementos de una biografia contada con gran amenidad. Pierre-Petit, compositor, Primer Gran Premio de Roma, era sin duda el investigador que mejor podia esclarecer el enigma de Mozart. Es aqui el compositor que se situa ante un antepasado extraordinario.