El mito no se define solamente por su polisemia, por incluir diferentes códigos encerrados unos en otros. En el desarrollo narrativo y en el desglose de los campos semánticos el mito abre espacio para pasos, deslizamientos, tensiones y oscilaciones entre los mismos terminos que distingue o que opone en su armadura categorial, como si tales terminos, aun excluyendose, se implicaran mutuamente tambien de cierta forma. El mito pone en juego, por consiguiente, un tipo de logica que podriamos llamar, en contraposicion con la logica de no contradiccion de los filosofos, una logica de lo ambiguo, de lo equivoco, de la polaridad. ¿Cual es, por otra parte, la relacion entre el cuadro intelectual que nos ofrece el analisis estructural del mito y el contexto sociohistorico en que este ha surgido? ¿Como se articulan, en el trabajo concreto de interpretacion, una investigacion sincronica, en la que cada elemento se explica por el conjunto de sus relaciones dentro del sistema, y una investigacion diacronica en la que los elementos, insertos en series temporales, se explican por sus relaciones con los elementos que les preceden en las secuencias asi definidas? La respuesta consistiria sin duda en mostrar que ni en la investigacion historica ni en el analisis sincronico se encuentran elementos aislados, sino estructuras, ligadas mas o menos fuertemente entre si, y que las series temporales implican reorganizaciones mas o menos amplias de estructuras en el seno de los mismos sistemas que constituyen el objeto del estudio estructural.