En 1994, Raúl Ortega fue enviado por el periódico La Jornada a cubrir el alzamiento del EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) durante casi dos años continuos. Hermann Bellinghausen era el reportero y recorrieron juntos toda la llamada zona de conflicto. Raúl empezó a conocer las condiciones de vida de los chiapanecos más pobres y se dió cuenta que para hacer un libro necesitaba otro ritmo, otro espacio, y no podría unir su labor de reportero gráfico con la fotografía de las fiestas porque tenían tiempos distintos.Entonces decidió abandonar la ciudad de México e irse a Chiapas. Su libro De fiesta es una obra de ritmo pausado y de gran compromiso social que invita a la reflexión.