Una vez puestos los ojos en la superficie del espejo, se contrae el compromiso de hacer una lectura veraz del mismo, aunque el tiempo nos esté repitiendo en cada una de sus páginas que este tomo que ahora posee, amable lector, no tiene ni tendra vuelta posible en sus esencias signicas. Las almas que se mueven en el interior de una ciudad casi mitica vuelven a ser inventadas en un manuscrito de noches lunares y raptos sombrios, como algunas veces sangre en los cuerpos y otras incienso en las almas. El siglo v de San Cristobal no solo es la escritura de un libro que sirve para verselas con el tiempo; tambien, de algun modo, nos hace coparticipes de un filon que constantemente nos actualizan los historiadores de nuestra era.