Sarah Kofman, filósofa nietzscheana, y Jean-Yves Masson, poeta y ensayista, se enfrentan al personaje y al mito de Don Juan desde una perspectiva original, que quiere subrayar su carácter transgresor, concretado en su rechazo a asumir ninguna obligacion derivada de un contrato o compromiso social o personal. De este modo, su destino, marcado por su negativa a pagar su deuda, con mujeres seducidas, padres ultrajados y sociedad escandalizada, solo puede desembocar en su destruccion final. Sin embargo, el modo en el que asume ese rechazo que lleva a la destruccion distinguira a cada uno de los Don Juan analizados en esta obra: el de Tirso, el de Moliere y el de Lenau. Desde ese punto de vista, que afirma la imposibilidad de llevar hasta el fin tal rechazo (puesto que Don Juan necesariamente ha de morir), este libro se convierte en un analisis del sistema de la deuda que obliga a todos los hombres sin excepcion y de como la sociedad no puede no fundarse en las consecuencias que se derivan del impago de las deudas contraidas.
El desprecio de los judios: nietzsche, los judios, el antisemitismo de Sarah kofman nos plantea numerosas preguntas:¿Era Nietzsche antisemita? ¿O su supuesto antisemitismo era sólo un «error de juventud» transmitido por su medio, sus maestros y sus modelos, y del que le correspondía liberarse para llegar a ser «él mismo» y digno de su nombre? La figura del judío que dibuja Nietzsche es compleja. Exhibe su extrañeza escondida poniendo de relieve su doble faz: por un lado, la posibilidad que posee el judío de despreciar el desprecio secular al que ha sido sometido; por otro lado, la de llevar el desprecio de sí y de la humanidad más lejos que ningún otro pueblo. ¿Depende este rostro jánico de una incoherencia de los textos de Nietzsche o de su ambivalencia con respecto a los judíos? ¿No remite más bien necesariamente a lo que Nietzsche llama la «especialidad judía»: la fe invencible de ese pueblo en su Elección y su «propensión a lo sublime»? Lejos de querer «arreglar» el «caso» de los judíos, y «liquidarlos» de una u otra manera, Nietzsche subraya que ellos aún no han dicho su última palabra. Al pueblo que él estima el menos decadente de todos los pueblos le predice con júbilo el destino de llegar a ser los señores y los guías de Europa. Sarah Kofman
Este texto, que la autora definió como su absoluto, constituye una excepción en sus escritos. Reconstruye en él su desgarrada viviencia de niña judía entre dos calles de París de la Ocupación alemana, metáfora de su vida dividida y desgraciada entre dos madres -dos nombre, dos creencias, dos prohibiciones-, pero también el vacío abismal dejado por el padre, asesinado en Auschwitz, la infancia transeúnte y angustiosa por el laberintodel metro, los escondites en granjas, hospitales y casas de acogida: en suma, una dramática suplantación afectiva que ella proyecta sobre algunas obras secretamente predilectas -una célebre pintura de Leonardo, un film de Hitchcock.
El presente libro abarca la totalidad del corpus freudiano y por ello, subraya la complejidad de los textos de Freud relacionados con la sexualidad femenina.