Es profesora de Literatura en la Escuela Universitaria de Magisterio de Bilbao y catedrática en la Universidad del País Vasco. Isabel, reina de América es la primera parte de la trilogía Tiempos de leyenda, que continúa con Juana, archiduquesa de Flandes y acaba con Juana I, reina de Castilla.
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La novela nos transporta a la España del siglo XV bajo el reinado de Isabel la Católica, un momento de grandes cambios y convulsiones en el que intereses, gobiernos y equilibrios frágiles se tambalean. La infancia y juventud de una de sus hijas, la infanta Juana, nos permite descubrir los personajes más relevantes de una época apasionante que se nos presenta muy cercana.
Tras el apasionante relato de la vida de Isabel la Católica, esta segunda parte de la trilogía Tiempos de leyenda tiene como protagonista a su hija Juana, que sería tristemente recordada como Juana la Loca. Sus páginas nos transportan a finales del siglo XV, un periodo sombrío caracterizado por los asesinatos y las leyendas misteriosas, en el que doña Juana se ve cercada por insidias y violentas luchas por el poder. El camino que recorre, desde su llegada a Flandes para casarse con su prometido, Felipe el Hermoso, hasta el primer viaje de regreso a Castilla, nos ofrece el retrato de una época fascinante de la historia de España y también el de una joven que tuvo que hacer frente a un destino excepcional.
Juana, archiduquesa de Flandes es una novela histórica que abarca seis años de la vida de esta Infanta: desde el momento que inicia el viaje a Flandes en 1496, hasta 1502 en que vuelve a España. La novela plantea el camino que recorre doña Juana desde que abandona Castilla para casarse en Flandes, hasta el primer viaje que realiza a Castilla. Juana, archiduquesa de Flandes transcurre marcada por la tragedia. Asesinatos y muertes condicionan la vida de los personajes y marcan el destino de doña Juana.
En esta última parte de la trilogía Tiempos de leyenda, doña Juana debe sobreponerse al dolor por la muerte de su madre, Isabel la Católica, y sortear las intrigas que se desatan a su alrededor cuando es proclamada reina de Castilla. Deseosos de convertirla en un mero títere de sus intereses, su marido, Felipe el Hermoso, y su padre, el rey Fernando de Aragón, se lanzarán a un crudo enfrentamiento. En esta difícil situación, los nobles castellanos propagarán malintencionadamente los rumores sobre la «locura» de Juana. Pero esta, pese a la desesperación en que la sume el fallecimiento de su marido, hará todo lo posible por mantener la unión de sus estados y por preservar los derechos dinásticos de su hijo, el futuro emperador Carlos V.