El título de esta encantadora novela alude a las veinticuatro horas más inolvidables en la vida de la señorita Pettigrew, una solterona pobre y sin nadie a quien recurrir. Su vida empezará a cambiar cuando, por un error de la agencia de contratación, empieza a trabajar para Delysia Lafosse, una glamurosa cabaretera que no hace más que meterse en líos. Contra todo pronóstico, las dos mujeres se entienden divinamente; la señorita Pettigrew conquista a Delysia con su sentido común, y la joven actriz será su guía en un mundo nuevo y fascinante.Un perfecto cuento de hadas trasladado a Londres en la década de los años treinta con todo el sabor de las deliciosas comedias románticas del Hollywood clásico. Una novela que había permanecido olvidada durante casi 50 años y que la crítica ha destacado como «cumbre del humor».
La señorita Pettigrew, hija de un párroco, lleva toda la vida de casa en casa, ejerciendo de institutriz de niños "espantosos". A sus cuarenta años, "tímida y derrotada", no tiene un penique ni un vestido decente, esta en paro y a punto de ser desahuciada. Una agencia de empleo le da la que podria ser su ultima oportunidad, pero cuando se presenta en el lujoso piso de la señora que la contrata, se encuentra con una joven belleza que le pide, apuradisima, que la ayude a deshacerse de un amante porque espera la inminente llegada de otro. Empieza asi un largo dia en el que, hora tras hora, la institutriz no gana para sobresaltos: su nueva patrona, la señorita Delysia LaFosse, no parece tener hijos, es cantante de un club nocturno, no solo tiene dos amantes sino tres y la introduce en un mundo inedito de fiestas, glamour y aventuras.
Una novel·la deliciosa i entremaliada que ens recorda que mai no és massa tard per viure la vida. La gran vida.La senyoreta Pettigrew és una institutriu a l’atur que voreja la cinquantena i que, vagi
La señorita Pettigrew, hija de un párroco, lleva toda la vida de casa en casa, ejerciendo de institutriz de niños «espantosos». A sus cuarenta años, «tímida y derrotada», no tiene un penique ni un ve