No existen en el panorama de la arquitectura española contemporánea declaraciones y muestras tan explícitas de orientalismo japonesizante como las confesadas por el pintor y arquitecto Juan Navarro Baldewg (Santander, 1939). Con el paso del tiempo, la señNo existen en el panorama de la arquitectura española contemporánea declaraciones y muestras tan explícitas de orientalismo japonesizante como las confesadas por el pintor y arquitecto Juan Navarro Baldewg (Santander, 1939). Con el paso del tiempo, la señalada personalidad artistica del sutil y polifacetico autor han alcanzado niveles de reconocimiento a la altura de la rica complejidad de su mundo creativo. Conocedores cercanos de su obra, criticos de prestigio internacional, se acercan a ella y la valoran con afecto y cortes admiracion, aunque acepten que les resulta esquiva dada su esencial naturaleza enigmatica.Los motivos de inspiracion a traves de los cuales se desvela la riqueza de su obra atañe a una amplia nomina de referencias, debidamente registradas y admitidas, y que en uno y otro campo artistico remiten a autores de la vanguardia artistica occidental, asi como tambien a los estimulos de los pintores expresionistas abstractos americanos y, a traves de alguno de ellos, y por propio gusto y admiracion, a los maestros caligrafos japoneses, a Ando Hiroshige y otros famosos pintores del mundo flotante, al arte del ukiyoe, a los diseños de kimonos ornados con bordados de figuras y paisajes, a la pintura lacada sobre biombos, paneles y puertas arquitectonicas, a las ilustraciones de textos y manuscritos.La poetica de Juan Navarro Baldeweg puede advertirse en la fragmentacion de multiples volumenes arquitectonicos asimetricos creando finalmente una unidad reconocible; en el aposentamiento y arraigo de una arquitectura de geometrias desplegadas en la naturaleza, generando a su vez su propia topografia sobre el lugar; en el enmarque y contemplacion del paisaje exterior desde posiciones estrategicas interiores; en el control de la luz dirigida y el color que cualifica cierres, muros y espacios, garabatos caligraficos trasladados a la escala constructiva conveniente, generadores de mecanismos de luces y sombras que, cual celosias, permeabilizan las transiciones entre el interior y el exterior; expresiones manifiestas, en fin, del equilibrio entre el peso y la levedad, el valor de la transitoriedad, la consideracion del azar, la atencion a los efectos de las transparencias, un cumulo de estrategias que forman parte del mundo personal del autor, de sistemas especificos de proyectacion y materializacion de su arquitectura. Pero ademas de los variados atributos glosados por tantos analisis autorizados sobre su universo pictorico y proyectual, necesariamente ha de incorporarse en la exegesis la debida pertinencia de un confeso japonesismo.
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