La histórica discriminación hacia la mujer no ha sido exclusiva de las relaciones sociales o personales, muy por el contrario, el Estado y el derecho han sido utilizados como herramientas para legitimar la inferioridad natural de las mujeres en el plano civil, politico y cultural. Marina Graziosi explica diversos casos de distinciones juridicas basadas en el sexo a lo largo de la historia, desde el sometimiento familiar de hijas y esposas, las restricciones a la capacidad juridica de las mujeres, hasta el trato diferenciado en las penas y la configuracion de delitos.La autora, superando la engañosa idea de un trato distinto con el fin de proteger a la mujer, profundiza en los estereotipos y prejuicios de los antiguos juristas, legisladores y magistrados para perpetuar la nociva concepcion de la debilidad del sexo, la cual incluso se ha mantenido, en distinta proporcion, en nuestras actuales democracias.