Todo libro publicado se traduce en un desafío a la incertidumbre. Su propósito puede terminar en el de un dardo perfectamente dirigido o el de una bala perdida. De lo que no cabe duda, una vez dadas las ideas a la estampa, es de la intencionalidad de comunicar, como una necesidad intraespecifica, que eleva su tension en tiempos de hiperinformacion y des informacion, en coyunturas sociopoliticas de un enorme ruido en la relacion comunicativa yo-tu, o bien, nosotros-vosotros; ruido provocado, en buena medida, por la digitalizacion desenfrenada, el consumismo discolo y el apogeo de los populismos y las ideas extremistas; tambien por las batallas identitarias centradas en el reconocimiento de la diversidad y las minorias, asi como por las morbilidades que afectan mas la salud mental que la corporeidad, esta ultima cada vez mas sacudida por la vigorexia y las distorsiones seudo es teticas, apoyadas en la frialdad de abismo del quirofano. Estamos abocados a una nueva aventura existencial: nos movemos del Efecto Mariposa, que establece el comporta miento de una pequeña perturbacion en un sistema caotico, con una secuela mayor o mas devastadora a corto o mediano plazo en todo el orbe, hacia el Efecto Morgana, una suerte de espejismo o ilusion, de naturaleza termica, que podria hacernos ver el desastre ve nidero como una suerte de esperanza encantadora. Ilusion o descontento, esa es la cuestion.