Cualquier vida es un poema. Cualquier objeto está deseando revelar su misteriosa belleza. Se hace silencio para penetrar en cualquier templo. Para sumergirse en un libro de poesía es mejor acallar la mente, dejarse sorprender por lo que pueda evocar a quien se atreve a dejarse tocar el alma, al igual que quien escribe desnudó la suya."Entre la forma externa de la vida y la vida, la diferencia es grande" (Emily Dickinson) y la poesía, junto al silencio, tal vez sea una de las aproximaciones más certeras a la Vida misma. Estos poemas constituyen una primera selección de los que se han ido acumulando en diarios, cuadernos, papeles sueltos, blogs y carpetas de internet durante años. Seguirán otras antologías, que ya me están pisando los talones, tras un intuitivo y riguroso descarte.Estas "Curvas del vivir" son lanzadas en la confianza de que nadie derrape y, si ocurre, que sea, sin graves consecuencias, para descubrir otros ritmos, caminos y sorpresas de su propio existir.