La llegada de la República, en la primavera del 31, fue para muchos españoles un hito fundacional, esto es, como el comienzo de una nueva era que se ofrecía a la nación y a todos los ciudadanos que formaban parte de ella como un tiempo por escribir desde las auras de libertad y los renovados ideales de regeneración de la patria que el cambio de régimen político traía.